Fiesta

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La primera vez que Seokjin fue a una fiesta fue en la graduación de secundaria.

Invitó, por obligación de su madre, a su prima que venía de Busan. La prima Hyo era una rara muchacha que olía a mayonesa rancia y se vistió con una falda blanca y una blusa rosada. Era hermosa. La blusa, obviamente.

La muchacha lo abandonó a mitad de la noche cuando se encontró con el chico que hoy día era el prometido de Hyo.

[...]

Seokjin se encontraba demasiado ocupado calculando "la distancia más corta entre un barco, que viaja de norte a sur, y otro, de este a oeste, si estos se dirigen a un mismo punto" como para prestar atención a la fija mirada de Namjoon sobre él.

— ¿Setecientos treinta? —Seokjin alzó la mirada, temeroso.

El moreno, quien recargaba su cabeza en una de sus manos y a la vez se apoyaba sobre la mesa del comedor, sonrió burlón.

— ¿Es una pregunta o es afirmación? —Repuso y se carcajeó ligeramente ante la mirada asesina del mayor—. Bien, no te enojes. No, la respuesta es seiscientos cincuenta.   

Jin gruñó con frustración y se aplastó con depresión contra la silla. Casi una semana estudiando diario, esperando a Namjoon durante sus prácticas de baloncesto para que le ayudase, durmiendo hasta tarde... y nada.

— Es inútil.

— No lo es. Has mejorado mucho.

— ¿Te estás burlando? —Achicó los ojos.

— Lo digo en serio —Namjoon estiró una de sus manos hasta que sus dedos se enredaron con los cabellos castaños y lisos de Seokjin—. Son pequeños errores, pero tienes el concepto.

El mayor evitó cerrar los ojos ante la caricia del menor. ¿Cómo demonios Namjoon sabía exactamente qué decir o hacer en el momento indicado? Tal vez, de verdad era un genio.

— ¿Por qué tienes el cabello teñido de ese color? —Preguntó de la nada.

— ¿Hum? —El moreno retiró su mano del contacto y examinó su propia cabellera semi-larga—. Hace un año, como novatada en el equipo de baloncesto, me tiñeron de rosado. Me gustó y he intentado con varios colores.

— Debiste dejarlo rosado —rió, volviendo la vista a la hoja llena de problemas listos para ser resueltos.

— ¿Así te gustaría más?

— Así, tal vez, me gustarías —repuso, sin alzar la vista, con una sonrisa en los labios y el lápiz en la mano escribiendo con lentitud.

Namjoon devolvió la sonrisa con los labios cerrados. Seokjin había aprendido rápido sus mañas y acciones; ya no se sonrojaba cuando Namjoon se insinuaba, ni se incomodaba por los repentinos besos o tactos. La primer etapa había sido superada, era hora de pasar al siguiente nivel.

— Vamos a una fiesta este viernes —propuso, tranquilo.

Seokjin rió irónicamente, sin despegar la vista del ejercicio sobre sus hojas.

— ¿Es broma? El viernes es mi examen.

— Tu examen no será a las diez de la noche —rodó los ojos—. Vamos.

— Lo pensaré.

Namjoon colocó una mano sobre el trabajo de Jin, impidiendo continuar a éste. El castaño frunció el ceño y miró rápidamente la sonrisa juguetona del moreno.

— Vamos, ¿sí? —Preguntó Nam con un tono asquerosamente tierno.

— Voy si prometes no volver a hacer esa tonta voz —reclamó choqueado, dando un golpe a la mano intrusa.

La primera vez. [NamJin]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora