Famous. | h.s |

Cool date.

Harry se metió inmediatamente al cubículo del baño para esconderse y me quede observando a la chica.

—__________ Jenkins en el baño con un desconocido.—murmuró feliz.

—No, por favor.—me acerqué a ella rápidamente y ella alejó su teléfono de mi alcance.

—Lo siento, pero quiero hacerme famosa.—dijo con su ceño fruncido.

—Está no es una buena manera de hacerlo. Además no te harás famosa.—ella negó.

—Claro que si.

—Cuando alguien sube una foto que le tomaron a Justin Bieber nadie pregunta quien la tomo.—la chica cruzó sus ojos con los míos. No eran tan grande, por lo menos tendría unos 14 años.

—Aún así...—dijo con nervios.—Me haría famosa por encontrarte aquí con el.—negué.

—Mira... ¿Cómo te llamas?—pregunté, ella sonrió.

—Katie.—murmuró.

—Katie, se que no entiendes mucho esto porque estás pequeña, pero de verdad sería de mucha ayuda si no lo hicieras público.—ella negó.—Le puedo decir a Justin que se tome una selfie contigo.—ella sonrió.

—¡Me convenciste!—solté una risa. Sabía que como Harry estaba escuchando le mandaría un mensaje a Justin.

—Ven salgamos por él.—Katie me volteo a ver cuando ya íbamos a salir.

—¿Y tú amigo?—me reí.

—Me verá en la camioneta.—ella asintió.

En cuanto salimos encontramos a Justin y el me sonrío.

—Katie, ¿no?—ella sonrío feliz.—Creo que primero necesitaremos ver que lo borres totalmente de tu teléfono.—ella asintió y nos enseñó cómo lo borraba y después lo volvía a borrar de donde se iban las fotos/videos que borrabas por accidente.—Perfecto.

—¿Puede ser la foto con los dos?—nosotros asentimos. Justin tomó su teléfono y estiró su brazo para tomarnos la selfie de los tres. Katie sonrío feliz.—No puedo creerlo muchas gracias.—nos abrazó a los dos y se fue por el pasillo.

Justin sacó su celular y mandó un mensaje.

—Supongo que nos veremos en el hotel.—yo asentí y lo abrace.

—Me salvaste.—Justin rió.

—Siempre lo hago, ________.—le saque la lengua. Me guiñó un ojo y se fue de nuevo a ver el partido.

Harry salió del baño de mujeres con su capucha y lentes de sol puestos.

Tomó mi mano y la entrelazo con la mía.

—¿Quieres ir a cenar?—me reí.

—Apenas son como las 6, Harry.—el se encogió de hombros. Me reí y asentí.—Vamos, pero nos iremos con tu conductor ahora.

—¿Con Miguel?—asentí.—Va a pensar que te gusta.—solté una carcajada y empezamos a caminar hacia la salida del estadio.

Empezamos a bajar un millón de escaleras para encontrar la salida correcta. En el transcurso de eso estuvimos platicando de cosas sin sentido.

Cuando salimos del estadio el estacionamiento estaba sin un alma presente, obviamente. Todos se encontraban en el partido. El carro en el que se vino Harry se estacionó enfrente de nosotros, Harry me abrió la puerta como siempre lo hacía y entre.

—Hola Srta. Jenkins.—sonreí.

—Hola Miguel.—respondí mientras Harry se subía y cerraba la puerta.