First Shoot.

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-BaekHyun. - Fue una voz fría, con cierto toque cruel. Una voz llena de dominación, seguridad y sobre todo, superioridad. - ¿Por qué no te sientas aquí? - La misma voz, pero ahora con cierta pizca de gracia. Una voz que daba miedo, que con cada siseo, hacía sobresaltar el frágil cuerpo del niño.

No es que fuese algo reciente, solamente no acostumbraba a ser la puta personal de la persona que hace unas semanas destrozó su campamento y saqueó todo, dejándolo vivo solo a él, por razones obvias.

Debía sonreírle a una persona que lo destrozó, tanto físicamente como mentalmente.

No había opciones, no había acomodamiento. Para sobrevivir, debía sacrificarse. En un mundo como el de ahora, nada era gratis.

Todas las noches repetía el mismo patrón. Primero jugaba con él, lo humillaba y desesperaba, se burlaba de su experiencia y fragilidad, lo torturaba mentalmente, hasta que no pudiera más. Luego solamente lo follaba como si no hubiese mañana, porque el mundo en el que vivían, el mundo de ahora, era un mundo en el cual el planear un mañana, es algo difícil. Sobrevivir, era cosa de los afortunados.

Sí, BaekHyun caminó hacia su jefe. Caminó y se sentó en su muslo, rodeando con sus brazos el cuello de esa bestia horrible. Le miraba con cara de inocencia, porque el pequeño chico, antes de llegar al campamento, fue inocente. Este hombre le arrebató todo. Este hombre le había quitado los pocos seres queridos que le quedaban, y ahora, vivía con la bestia que decidió por puro capricho salvarle. No era la primera vez, se lo repetía una y otra vez. Debía mentalizarse que tampoco sería la última, pues con la llegada de aquel demonio, la maldición de Baek había comenzando, y ahora, presentía, hasta podía decir con seguridad que todo acabaría mal.

-Bien, bien. Zorrita, ahora baja y haz bien tu trabajo. Como te he enseñado. - Las manos de aquel hombre repugnante pasaron por la cabeza de Baek, enredándose en su cabello ligeramente sucio. Tiró, causándole daño, mucho daño. El cuerpecito del chico se estremeció, y es por eso que, por miedo a sufrir, obedeció.

Obedecer era antes una palabra que el pequeño chico no toleraría, y de manera irónica, se había vuelto en su más ejercida acción.

Le bajó los pantalones, los boxers y se mojó los labios, relamiéndolos. Hoy iba a ser un día igual que todos. Igual que los de siempre. BaekHyun hoy solo debía obedecer...

-Chupa. - Dijo, entre suspiros de desesperación. - ¡Chupa te dije, joder! - un grito que sacó a Baek de sus pensamientos. Un grito acompañado de un bofetón y un cuerpo sobresaltado, temblando, casi apunto de derrumbarse como una torre de LEGO.

Se metió bajo el escritorio, como le gustaba a ese hombre. Justo como le gustaba. Comenzó a succionar, a lamer, a penetrar su -en un pasado- inocente boca, ahora llena de ese sabor tan horrible... Pero BaekHyun ya tenía todo aceptado. BaekHyun sabía cómo no centrarse en eso.

Empezó a dejarse llevar, imaginándose algo diferente. Imaginándose un mundo en el que este horrible hombre no hubiera tenido piedad. Pidió a dios haber muerto el horrible día en el que asaltaron su pequeño campamento. Pidió a quien fuera haber muerto aquel día en el que la plaga estalló. BaekHyun prefería ser ahora un zombi a ser una puta. Baek lloraba en su interior, rogando, como siempre por ayuda, una jamás escuchada.

A veces la vida te trae sorpresas. A veces te crees que rezas a algo que no existe. A veces piensas que dios no existe, y quién sabe si existe o no. BaekHyun no sabía, pero de una cosa estaba seguro. Él tenía una suerte increíble. Suerte o quizás destino.

Mientras aquel hombre gemía Baek pudo escuchar disparos, muchos disparos que causaban daño a sus tímpanos, y sabía lo que significaba esto. Asaltaban al campamento.

New World  [EXO Zombie Au]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora