Popular Kidz.

Home, sweet home.

•Capitulo anterior•

"Eh hecho lo mismo." Y ambos entramos al salón. Tomamos asientos en los últimos dos bancos del fondo, perfecto. Me pregunto, ¿qué estará tomando ahora mi vecina?

~Harry~

Las últimas clases habían pasado bastante lentas para mi gusto, el final del día parecía que nunca iba a llegar. Que molesto.

Luego de unos 40 minutos de escuchar a la estúpida Señorita Steel, pudimos salir como todos los alumnos del instituto. Por alguna razón, me encontré a mí mismo buscando a mi vecina entre la multitud de gente. Creo que le debía un aventon por mi comportamiendo, ¿verdad? No seas estúpido, ella es la zorra que te debe una disculpa. Me dijo la voz contraria a la conciencia. Vale, esa voz en mi cabeza tenía razón. Ella fue una completa perra cuando yo me había ofrecido a llevarla, ella fue la zorra que me llamó egocentrico. ¿Qué demonios le pasa?

Lo que necesito ahora es emborracharme y follarme a alguna zorra que esté buena. Esa era mi cura a sus 'hirientes' palabras. Aunque, hacía falta más que eso para siquiera acercarce a mi zona 'débil', mucho mas.

Seguí caminando hasta mi auto y logré verla caminando en dirección a nuestra calle. No me importó. Merece sudar y llegar hecha un desastre a su puta casa, se lo merece por zorra.

Al llegar a mi casa noté que ella aún no había llegado ya que su habitación estaba como hoy en la mañana. Ahora ella había abierto sus cortinas blancas.

Luego de unos diez minutos de haber estado desvistiendome, escucho un ruido que viene de la ventana. Rápidamente me tiro al suelo y cubro mi cara con el borde de la cama, pero dejé que mis ojos tuvieran espacio para ver. Ella se asomo a la ventana, miró mi habitación y asintio al ver que no había nadie. Se dio media vuelta y se levantó la blanca remera. Jesús. Ésta sí que es una mujer. Dios. Solamente su espalda lograba ponerme duro, no me imagino su frente. Se desabrocho los jeans y los bajó lentamente, como que si estuviera bailando para alguien. Tenía sus auriculares puestos y conectados a su iPod así que estaba bailando para ella sola. Dios que belleza. Se dio media vuelta y vi como sus pechos rellenaban de una forma exquisita su braisier y como su boyshorts* blancos hacían que sus piernas se vieran aún más deseables. Empecé a acariciarme el miembro. Ya ninguna chica lograba darme una erección estando con ropa. Ninguna. Mi vecina era la primera en mucho tiempo, debería sentirse afortunada. Seguí acariciando a mi miembro y gemi suavemente cuando lo comencé a masajear por encima de los boxers negros. Metí mi mano dentro de mi ropa interior y comencé a masturbarme. Lo hacía rápido y presionando la mano. Hubo un momento en el que ella se quitó el brasier pero no se dio la vuelta, por lo tanto no pude verle los pechos, pero aún así, hizo que me corra en la mano gimiendo silenciosamente para que no me descubriera.

Ella se colocó una remera color azul oscuro grande, que le llegaba hasta la mitad de los muslos que decía 'Harvard'. Bueno, ahora al menos sabía a qué universidad iría a estudiar. Se giró y se recosto en su cama con la cabeza asomada hacia la ventana. Yo me levanté disimuladamente del suelo, me quite los boxers y entré a mi baño. Dentro me lave y me coloqué nueva ropa.

"¿Pero qué demonios?" La escuché decir cuando salí del baño. "¿En qué momento entraste?" Yo sólo le sonrei y me recoste en mi cama sintiéndome triunfante y contento.

*Boyshorts: son unas pantaletas que simulan ser boxers pero son más cortos y para mujeres.

Vale, ah sido un capítulo muy corto pero cargado:) Espero que voten,  comenten y la agreguen a sus bibliotecas! Las quiero mucho:)