Problema 1: Termina las cosas primero y querrá entretenimiento.

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Baz cerro el libro, estiró los brazos sobre la mesa y se recostó sobre uno como si fuera una almohada. Era una burla hacia Simon, que aún no había terminado la tarea, ya que fue corriendo el otro brazo hasta que este quedó sobre la hoja de Simon.

-Hey. -Dijo este, mientras picaba su codo con la lapicera. -Correte. -Lo siguió picando -¡Que te corras digo! -Siguió picando su codo con mas fuerza. -¡O te corres o dibujo un pene en tu brazo! -Pero como Baz no se movió, Simon comenzó su dibujo, empezando por la parte interna del codo.

-Simon, ¿si sabes que los codos son una de las partes erógenas del cuerpo no?

-No, ni se lo que significa, ¿y que con eso?

-Que me estas excitando.

Simon dio un brinco y volvió a su tarea de golpe. Baz abrió un ojo lo justo para ver como su cara se ponía roja como un tomate mientras miraba fijamente su hoja y fingía leer el mismo texto por enésima vez. Esa expresión era muy linda como para simplemente ignorarlo.

-Muy bien, ahora es tu turno. -Dijo baz, y llevó una mano a su entrepierna. Simon dio otro brinco y su cara se puso tan roja que parecía que no respiraba. Baz se preocupo por esto un instante, pero al ver su respiración irregular, decidió que sobreviviría y continuo acariciando su miembro lentamente. Primero subió y bajo un dedo, luego comenzo a tocarlo como si tocara un piano. Dandole golpecitos. Simon se estremecía con cada golpe.

-B-baz... -tartamudeo, de modo casi inaudible. -D-detente... por favor...

-¿Que? No puedo escucharte si hablas tan bajo. Fuerte y claro, Snow, te lo he dicho mil veces.

Simon lo intento de nuevo. -Qu-que te detengas. Quiero-ooo que te... d-detengas.

Baz lo apretó con fuerza a través de la delgada tela del pantalón de jogging. Era una suerte que los pantalones de la escuela fueran tan delgados. Esta vez, Simon si dejo de respirar.

-A mi me hablas fuerte y claro, Snow.

Simon inspiro, y espiro con suavidad y cuidado de que no se le escapara ningún sonido mientras Baz seguía jugando con aquella parte suya. Claro esta, que su respiración era lo único suave, porque todo su cuerpo estaba rígido por el esfuerzo de mantenerse quieto (y otras partes por otras razones), en lo que estaba fracasando olímpicamente. Era una suerte que todos estuvieran haciendo ruido en vez de hacer la tarea, porque el silencio lo habría delatado.

-Baz, s-si no paras, voy a... voy a...

-¿Vas a que? ¿Acusarme con la profesora? -Dijo Baz burlón.

-No, yo... -Apoyó las manos al borde de la mesa y escondió su cara entre sus brazos, mirando al suelo (no se atrevía dirigir la mirada a la mano de Baz) y cerró con fuerza los ojos y los labios. Luego, los abrió asustado. Baz sintió un suave calor extenderse desde su mano al resto del pantalón. Río, no pudo evitarlo. Lo dejo ir, se incorporó y apoyó el mentón en su mano mirando hacia la ventana con la sonrisa más soberbia jamás vista en el rostro de alguien. Continuaron de ese modo, Baz mirando la ventana y Simon mirando el piso, sin atreverse a verse hasta que sonó la campana. 

-Supongo que querrás esperar a que todo se vayan antes de irnos nosotros, ¿verdad?

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-Supongo que querrás esperar a que todo se vayan antes de irnos nosotros, ¿verdad?

Simon no dijo nada. Continuó mirando el piso hasta que todos se fueron. Una vez el salón quedó vacío, se incorporó lentamente.

-Te odio.-Le dijo.

-Nah. -Respondió Baz despreocupado. -Tu me amas. O me habrías detenido.

Simon lo miró con una rudeza jamás vista en el rostro de alguien, con una rudeza que delataba su verdad. Baz busco algo en su mochila y le dio sus jogging sucios de gimnasia.

-Y por si eso fuera poco, tienes la suerte de que yo también te amo, y que vine a gimnasia hoy.

Simon tomo los pantalones y lo obligó a voltearse mientras se cambiaba.

-Apestan. Pareciera que te measte encima.

Baz se volvió y levantó una ceja.

-¿Quieres que te responda a eso, Snow? -Simon se sonrojo. -Como sea, puedes quedarte con el tuyo si quieres.

-Callate. -Replico el otro enojado y salio del salon a paso apurado. Baz corrio detras de el.

-Ok, ok, pero te olvidaste tu mochila. -Se la tendió con una sonrisa en el rostro. Cuando Simon iba a agarrarla, la puso sobre su cabeza,  -¿Y el beso de despedida? - Simon la tomó y siguió caminando, con Baz riendo junto a el. 

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Es cortito, como dije mi ingenio es muy pobre y no alcanzó para tanto. ¡Pero es mi primera vez y me siento optimista con el comienzo! Así que si alguien leyó esto, os invito a comentar algo para no sentirme tan tonta escribiendo esto (Este ultimo párrafo, no el fic). Byeeee <3 

Los Problemas de Compartir Mesa Con Un Chico Listo (y gay) - SimonXBazWhere stories live. Discover now