2. ¿Me extrañaste?

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Cierto castaño se encontraba manejando a toda velocidad hacia aquel lugar al que frecuentemente iba luego de que su dueño lo abandonara, un lugar que se había convertido en su refugio personal cuando las cosas iban mal, un lugar al cual en esos momentos quería llegar de una jodida vez.

Aquel habría sido un día como cualquier otro, levantarse, lavarse los dientes, darse una ducha, ir al instituto, tomar clases donde enseñan cosas que no le interesaban, salir de la cárcel sin barrotes y finalmente tomar una siesta en casa. Aquel era el plan inicial de Stiles Stilinski, era viernes en la tarde por lo que el fin de semana había llegado, pero con lo que no contó fue con la llamada que recibió a los pocos segundos de haber aparcado su Jeep en frente de su casa.

- ¿Qué pasa Scott? -preguntó al momento de descolgar la llamada entrante de su mejor amigo- Acabamos de despedirnos en el instituto, ¿tan rápido me extrañas? -preguntó burlón mientras se desabrochaba el cinturón de seguridad.

- Derek volvió. -casi se atraganta con su propia saliva ante aquellas simples dos palabras emitidas por su amigo con complejos de Scooby Doo.

Tosió varias veces y se obligó a calmar su acelerado corazón para después quedarse en completo silencio aún sintiendo como los nervios recorrían cada fibra de su ser. Al otro lado de la llamada, el moreno con rasgos latinos tuvo que revisar su celular para asegurarse de que la llamada seguía en línea- ¿Stiles? -preguntó preocupado.

- ¿Dónde está? -preguntó luego de haber organizado su caótico cerebro, el cual funcionaba a mil por hora en aquellos momentos.

Ni siquiera le dio el tiempo suficiente a su mejor amigo para responder cuando ya tenía el acelerador hasta el fondo, no le importaba el hecho de que no llevaba abrochado el cinturón de seguridad, tampoco le importó pasarse varios semáforos en rojo con tal de llegar a su destino... el loft.

- Derek volvió... ¿Derek volvió?... ¡Derek volvió! -exclamó mentalmente mientras una sonrisa se alzaba en sus labios, vaya que había extrañado a aquel tío amargado, hermano de su mejor amiga Cora, este se había ido a estudiar fuera de Beacon y desde entonces solo se comunicaban por mensajes y videollamadas.

No es que quiera presumir pero, siempre mantuvo una muy buena relación con el moreno, siempre se contaban todo, el de ojos verdes incluso sabía cosas que su mejor amigo, Scott, desconocía; cosa que lo ponía muy por encima de cualquier otra persona. Luego de haber cumplido la mayoría de edad, Derek había decidido vivir sólo e independizarse, puede que al inicio hubiera necesitado la ayuda de sus padres pero, luego de haberse instalado, acostumbrado e incluso conseguido un empleo, se había vuelto todo un adulto, cosa que el castaño aprovechaba para quedarse hasta tarde en el loft e incluso dormir con él. No lo mal entiendan, puede que estuviera enamorado del moreno con sonrisa de un millón de dólares, dientes de conejo adorables, cejas tupidas y cabello negro, hombros anchos, manos grandes, cuerpo de ensueño- Ya te estás yendo por las ramas otra vez Stiles. -se dijo a sí mismo al momento de sentir sus vaqueros algo apretados entre las piernas.

En fin, ya había superado completamente a Derek Hale, y quien diga lo contrario... tendría razón.

No se había dado cuenta de un pequeño detalle, y es que, luego de mantener conversaciones cada santo día con el moreno, frecuentes videollamadas y mensajitos de "Buenos días", "Buenas noches", "¿Ya comiste?", "Recuerda que soy celoso"; no pudo olvidar lo que sentía por este- Maldito Derek. -gruñó.

Apretó el volante y frenó de repente dándose cuenta que no tenía algo que decirle al moreno sin tartamudear o querer lanzarse a sus perfectos brazos- Teniendo una pantalla de por medio es más sencillo. -se auto regañó mientras se mordía el dedo pulgar- Mejor me voy y vuelvo otro día con los chicos. -intentó encender el auto e irse cuando escuchó unos golepcitos en el cristal, volteó lentamente imaginándose a algún oficial subordinado de su padre, pero a quien vio lo dejó sin aire.

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