No tenia opción, tenia que olvidarlo y correr. Había más gente detras de el.
Tomo un tubo de hierro, algo pesado pero de alguna manera lograba cargarlo. Sintió un calambre, uno fuerte que no le permitia moverse, debía ser de la caída.
Arrastrandose lograba avanzar de poco a poco, estaba un poco herido y con sangre en todas partes. Al salir a la calle tuvo una gran sorpresa. Era la misma calle de la masacre...y solo quedaban esqueletos de la gente, huesos.
Llorando empezó a arrastrarse por el suelo, el duro y frio suelo. Sentía como el frio le pasaba por todo el cuerpo, lo sentia en los huesos, estaba oscureciendo. Pero una pequeña luz iluminaba una pequeña parte de la calle.
Esta era su antigua casa.
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