Dejar ir, soltar y avanzar es exactamente lo que debe hacer. Ella aún no lo sabe, pero con el dolor de su alma lo hará. Hye lo logrará.
❝Te lloro todas las noches, te extraño como una loca, pero sé que ahora tú estás mejor y que debo decirte adiós...
Después del incidente del comedor me atrevo de decir que nos unimos aún más. Pasábamos mucho más tiempo juntos y hablábamos de nosotros con más naturalidad. Lo disfrutaba bastante.
Pero claro, no todo es de color rosa, ¿Cierto?
Pasaron unas semanas, creo que fueron dos y llegó Min, la chica nueva. La que al parecer no era tan "nueva" para ti, Lo pude notar fácilmente ese día que caminábamos por el pasillo de la institución y ella pasó por nuestro lado, tú te tensaste y detuviste tú paso al instante, creando que el mío también se detuviera. En ese momento yo no entendía a qué se debía ese repentino cambio. Hubiese preferido no entenderlo nunca.
Tú susurraste su nombre mientras parpadeabas atónito. Yo giré mi cabeza en dirección a lo que mirabas y ahí estaba ella; una hermosa chica de piel blanca en un vestido rosa pastel. Tenía una trenza desordenada en el cabello y la mochila en su mano izquierda, mientras que con la derecha, guardaba cuadernos en su respectivo casillero. Esa era Min, la chica más hermosa jamás antes vista por mí y por tú expresión, creo que tenías el mismo pensamiento que yo.
Te llamé dos veces por tú nombre, pero tú no escuchaste ninguno de mis llamados. Elevé un poco mi voz y ahí recién pude sacarte de tú trance. Me miraste sorprendido, por lo que me sentí pequeña al sentir tú mirada, más cuando miraste a Min y luego de vuelta a mí, ¿Nos estabas comparando? Eso fue una fuerte apuñalada a mi corazón y más cuando tú mirada quedó en ella. No pude seguir en ese lugar viendo como tú pasabas de mí para mirarla a ella, así que decidí irme. Caminé hasta el final de aquel pasillo, fue ahí cuando escuché tú voz gritando mi nombre, ¿Tanto tardaste en notar que yo ya no estaba contigo? Me giré un poco para poder mirarte, ibas a acercarte, pero Min te interrumpió. Ahora ella había llamado tú nombre, tú giraste en su dirección y luego me miraste apenado. Ya había elegido supongo.
No dije nada, no vi nada más, solo me fui. Esa tarde esperé un llamado, mensaje o visita de parte tuya como acostumbrabas a hacer, pero nada. Lloré esa noche, no quería que te alejaras de mi Kihyun, no quería.
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