Capítulo 2. Sonrisas

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En el Departamento de Cooperación Mágica Internacional se respiraba un ambiente tenso del que nadie hablaba, pero cuyas razones todos sabían. Sin necesidad de usar legeremancia, Harry podía adivinar lo que pasaba por la mente de todos esos tensos empleados: «Asesinato. Dos personas de este departamento han sido asesinadas. ¿Quién es el siguiente? ¿Seré yo?»

Los aurores tampoco ayudaban a relajar el ambiente. Desde el momento en el que se había descubierto que los dos asesinatos habían tenido el mismo modus operandi, se reforzó la seguridad en el área, aumentando así los temores de que algo grave estaba pasando. Y aunque era un asunto que, se suponía, debía ser tratado con hermetismo, fue la misma que falta información que había mantenido a los aurores caminando a oscuras la que terminó por filtrar los detalles del caso.

Es un secreto a voces, pensó Harry al notar las miradas que se desviaban hacia él no por quien era, sino por la persona por la que preguntaba y el lugar al cual se dirigía. Vagamente, Potter se preguntó cuántas de esas personas confiarían de verdad en la Oficina de Aurores. No es como si existiera una Rita Skeeter dedicada a desacreditarlos, pero a regañadientes Harry admitía -al menos para sí mismo- que los últimos casos no habían tenido los resultados esperados.

Aunque, ¿en verdad él quería seguir recorriendo ese camino?

-Buenas tardes. ¿Se encuentra el señor Malfoy en su oficina?

La joven bruja que levantó la mirada escondida tras unas gafas torcidas le dedicó una expresión recelosa, muy propia de alguien que no confiaba en el personal Ministerio, inclusive si fuera uno de ellos. Aun así, ella asintió. Con su varita tocó los documentos que estaba leyendo y los ordenó en una perfecta pila antes de ponerse de pie. Vestía una túnica blanca que le daba un aspecto bastante fresco, ideal para un departamento en el que el fluir de la gente solo elevaba la temperatura, pero que le hacía lucir demasiado pálida, casi enfermiza. Ella rodeó su escritorio y se acercó a la puerta, pero en lugar de tocarla y pedir permiso, como se esperaría que ocurriera, cerró los ojos y colocó su varita. Instantes después, una luz amarillenta se reflejó en la madera y la muchacha giró hacia Harry.

-El señor Malfoy puede recibirlo en este momento.

Harry arqueó una ceja, preguntándose cuánto tiempo había pasado desde la última vez que fue tratado de esa manera: como si fuese una visita indeseada, un pariente incómodo al que no querían recibir, pero no tenían otro remedio más que hacerlo.

-Gracias -contestó, incapaz de esconder la nota de irritación en su voz. No podía evitarlo; la antipatía que esa joven mujer y él se tenían siempre había imposible de ocultar.

Siempre.

No permaneció mucho tiempo en el pasillo. Contrario a lo que había hecho la mujer, Harry sí tocó la puerta con sus nudillos y aguardó por un permiso que no tardó en llegar en forma de una suave voz distorsionada por la distancia. Al entrar a una oficina que nadie se había molestado en redecorar, Harry descubrió a Draco y otro hombre, ambos de pie, mirándose entre sí y cerrando lo que debió ser un buen trato porque ambos lucían bastante satisfechos mientras se tomaban la mano. El auror, que nunca esperó esa escena, optó por guardar silencio, lo que le permitió escuchar unas palabras en un idioma que no comprendía y que le parecía demasiado rápido y complicado para siquiera considerar descifrar.

-どうもありがとうございました. -Ese era Malfoy, no podía ocultar lo bien que se desenvolvía, lo cual era impresionante para alguien como Harry, que nunca se había interesado en aprender otro lenguaje que no fuera el propio-. うすいーさんの助けは非常に重要になります.

-Malfoy-さん は約束を守らなければならない. 契約の中でたくさん問題があるかもしれません. -Nunca supo si fue el sonido del apellido del rubio o simplemente sus instintos lo que hicieron levantar la vista. Lo cierto fue que Harry se sobresaltó al darse cuenta de que el acompañante asiático del otro lo miraba de soslayo, como si desconfiara de él. Como si no estuviera de acuerdo en su existencia-. あまりにも静かなようです.

Dulces y PesadillasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora