Marzo, 17, 2013.
Nos encontramos abordo de un gran y lujoso crucero situado sobre el Río Cumberland al este de la ciudad de Nashville, celebrando la recepción de nuestra boda. La vista desde aquí es jodidamente hermosa. Las luces de los edificios situados a nuestras espaldas se reflejan en el agua, creando un espectáculo verdaderamente único.
Habíamos decidido casarnos en el sexto aniversario del día en el que nos conocimos. El día en el que todo cambio para ambos. Y era malditamente seguro que este día también cambiaría todo en nuestras vidas de nuevo.
Mi vista se volvió aún más hermosa cuando mi bella esposa apareció frente a mis ojos. Mierda, era un bastardo con mucha suerte. Ella luce monísima en ese vestido blanco que se ajusta perfectamente a sus curvas haciéndola parecer aún más sexy pero a la misma vez conservando la inocencia de la cual me enamoré.
-Es hora de irnos.- Dijo dándome un corto beso en los labios.
-Maldita sea, si. Ya te he compartido demasiado con toda esta gente, señora Bieber.
No dijo nada, solo rió y se volvió llevándome detrás de ella.
En cuanto entramos de la terraza, un montón de chicas se movieron hasta la puerta del salón formando un arco humano subiéndose todas a unas sillas provocando que la sonrisa de Lily se volviera aún más grande. Suponía que ambos deberíamos pasar debajo de este, así que entrelazé las manos de mi ahora ya esposa junto a los míos y caminamos juntos hacía allá. Justo a unos centímetros de hacerlo, todas las luces se apagaron incitando a las personas a pegar algúno que otro gritillo de sorpresa. Instintivamente ambos nos detuvimos, ya que no se veía absolutamente nada. Quedo claro que era la electricidad la que había fallado, pues incluso la música había cesado.
De prontó, se escuchó un fuerte disparo. Y otro, y despúes unos cuantos más, pero ahora acompañados de gritos horrorizados. Tomo a Lily y la abrazo a mi pecho, tratando de protegerla. La luz vuelve, pero solo para revelar a un cúmulo de personas esparcidas por todo el lugar completamente vestidas de negro y con pasamontañas cargando lo que parecían ser rifles. Se me para por un momento el corazón. ¿Que mierda pasa aquí? uno de los sujetos vuelve su mirada hacia donde nosotros y avanza. Aprieto más mis brazos alrededor de mi esposa, es lo único que puedo hacer ahora. No soy capaz de pensar en una cosa más inteligente.
-Dame a la chica. - Ordena amenazante.
Pero eso es imposible, por más asustado que me sintiera en la vida, jamás dejaría ir a la persona mas importante de mi jodida existencia.
-Dame a la chica si no quieres que le pase algo a todo el mundo aquí- Repíte.
Solo doy un paso atrás. Llevando a Lily conmigo.
Siento un fuerte golpe en la nuca.
Y después nada...