Los tiempos son difíciles, no tienen sentido y el ser humano se encierra en sus fantasías, porque la realidad es horrorosa. ¿Quién quiere vivir en un mundo así? ¿Sin esperanza de cambio? ¿Nos hemos conformado, por qué consideramos que no tenemos y merecemos algo mejor? ¿El espíritu del Hombre ha muerto? A veces, pienso que sí y viendo en lo cínico que me he convertido busco hallar contrarespuesta a esto y contra todo pronóstico algo de ese espíritu me dice: -No ha muerto, solo duerme. Serían las palabras más estremecedoras que hubiese podido escuchar en mis largos 18 años. Se sintieron como si hubiesen corrido por mis venas miles de voltios, que energizaron mi mente y recurriendo a los que menos hubiese pensado recurrir, tuve que agachar mi cabeza y permitir que mi ego dijera adiós.
Las paredes se vuelven confusas y los pisos succionan tus emociones cuando estas encerrado, el ser humano es arisco y belicoso ante la amabilidad de extraños, los abrazos y besos de familiares son descubrimientos en algunos casos aterradores. Los pensamientos se vuelven repetitivos y las personas me toman por extraño, no es ninguna noticia alarmante para mí.
Una nueva casa siempre guarda viejos fantasmas, solo los que no están acostumbrados a su presencia los notan y a estos les revelan sus intenciones, las puertas crujen, el desorden está por doquier y los años pesan como kilos en sus habitantes. Los muebles testigos presenciales y confidentes de sus habitantes cuentan historias en la sala donde han permanecido durante años.
Cine mudo y años de riqueza y abundancia, son los comunes denominadores de la tía Julia en sus conversaciones, su corto cabello canoso muestra las miles de experiencias que impactaron en su vida. "Caminamos con las situaciones para bien o para mal nuestro", decía una noche.
La vida nos muestra su miseria y desde allí anhelamos salir. Estando afuera nos sigue mostrando la miseria de dónde salimos, tal vez pueda decir que es para saber de dónde venimos, pero no será sincero, nos la muestra para decirnos lo miserables que éramos, dónde pertenecimos y a donde no queremos volver, ya que podríamos caer en los brazos ardientes de los fuegos celestiales que caen sobre Sodoma.
Las nuevas vidas no existen, nunca dejamos de ser lo que somos, solo somos lo que necesitamos para sobrevivir en nuevos ambientes pero en cualquier momento que necesitemos lo que éramos antes, eso estará allí para usarlo.
Algunos lazos se forman en segundos y otros están sin usarse por falta de que el otro se conecte, las personas siempre guardan espacio para otros en sus vidas, tal vez por eso haya tantos "antisociales", mal llamados así por ignorantes que no se dan cuenta de este principio de selectividad social.
Las personas son extrañas, pero de maneras que no entendemos.
ESTÁS LEYENDO
Todo fue perfecto, menos el final.
Kurzgeschichten"La mejor forma de olvidar a una mujer es convertirla en literatura" - Arthur Miller