II (Falta de respeto)

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Un fuerte ruido lo despertó, y es que él había llegado a Tacubaya. Un mar de gente esperaba la llegada del tren para poder abordarlo y llegar a su destino. Cuando miró a su lado, se dio cuenta de que ella ya no estaba con él.
-Mierda, ¿cómo logró bajar? Seré estúpido, bajó antes de hacer el cambio de vía con el resto de los pasajeros. Ahora, tendré que buscarla.
Al incorporarse, las puertas se abrieron al unísono, dejando pasar a todas las personas. Siendo un gran número, le impidieron bajar del vagón haciéndolo regresar hasta recargarlo contra la puerta que es paralela a la que estaba abierta.
-¡Maldita hora pico! Ni modo, parece que la veré mañana. Ojalá pudie...
-¡Hey! ¿Qué haces por acá, eh?
-¡Oh! No creí encontrarte por aquí.
La persona con la que él hablaba era una de sus tías, una mujer a punto de cumplir los 30 pero con aspecto aún joven, usaba un par de gafas moradas con alta graduación, su cabello estaba mal amarrado y dejaba salir algunos de sus cabellos rebeldes de su frente.
-Yo, me quedé dormido. Se suponía que bajaba aquí pero, ya ves, la gente se metió como loca.
-Sí, ya sabes cómo es el metro. Pero, no respondiste mi pregunta, ¿qué hacías por acá, mi amor?- Le decía mientras sacudía su cabello.
-¡Oye! Deja mi cabello. Salí con ella pero, tuvimos una discusión y supongo que bajó antes de que el metro hiciera el cambio de vía- Dijo con tono decepcionado.
-Pues, ¿qué pasó?
-No creo que sea de tu interés, yo no te pregunto por qué discutes con él a veces.
-No te pongas de grosero conmigo, si te pregunto, es porque soy tu tía y se supone que me tienes confianza. ¿Qué no recuerdas cuando yo te lim...?- Interrumpió con tono insolente.
-Otra vez la misma pinche frase. Sí, tú hacías eso, ¿y qué? No tiene nada qué ver. -Alzó la voz.
-Has cambiado, ¿sabes? Ya nunca vienes, te la pasas con tu pinche cara todo el día, eres bien grosero con todos. Seguramente la discusión fue por tu culpa.
-¡Cállate, estúpida! No tienes idea de lo que pasó. No tienes por qué hablar así de mí. -La gente alrededor comenzaba a verlos con disgusto.
-Es la última vez que me vuelves a insultar.
-Tú empezaste a hacerlo. Ojalá bajes en la que sigue, para no verte, de por sí ya tenía un mal día y tú sólo viniste a chingarme más.
En cuanto él dijo eso, el tren estaba llegando a Patriotismo, la misma estación donde él subió con ella. No había tantas personas como el la parada anterior.
-Piensa bien lo que haces y dices, nos vemos.
Las puertas se abrieron, la gente entró y salió pero él decidió quedarse, por alguna razón no podía irse. Decidió escuchar música para relajarse un poco cuando una voz interrumpió a "Un Pacto" del grupo argentino Bersuit Vergarabat.
¡Hola, niño!

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⏰ Última actualización: Nov 14, 2016 ⏰

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