Así comenzaron nuestros días con la chica 11, como solíamos llamarla, Sela y yo nos sorprendíamos de lo bien que hacia todo Gertrud, su delgado cuerpo le permitía girar como si no pesara más que una pluma y su larga estatura le ayudaba a que las posiciones de estiramiento, en ella, se vieran muy estéticas.
Cuando llegaba el momento del baile Sela y yo adorábamos verla por el espejo y tratar de darle a nuestros pasos la mitad de gracia que ella ofrecía.
Todos en el grupo queríamos mucho a Gertrud, amábamos platicar y bailar con ella; tenia ojos grandes color café, su piel era blanca casi sin color, su cabello café oscuro un poco ondulado era su accesorio perfecto y al momento de bailar, era la bailarina de ballet perdida en un grupo de danzantes de jazz.
Siempre recordaba su forma de bailar y como nos divertíamos en ese tiempo Sela y yo al lado de Gertrud, nunca fue nuestra amiga más cercana, pero la recordábamos con afecto porque ella nos llamaba "Las gemelas del mal", pues siempre se percataba de todas las locuras que hacíamos.
Gertrud siempre bailaba al lado de nosotras por lo que su energía bailarina se nos solía pegar y nos regalaba la sensación de bailar con todas las fuerzas del universo, era mágico.
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Chica número 11
Short StorySela, mi mejor amiga y yo, cursábamos la preparatoria, disfrutando nuestra juventud al máximo, sin que nada nos importara, hasta que de golpe, encontrar una antigua amiga nos hizo reflexionar sobre cómo la realidad a veces nos puede comer el alma y...