Wait... What the hell?

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-Quedaron fantásticas, Scott.

-¿Puedo verlas?

-Podrás verlas el día de la exposición, pero créeme, con Mitch hicimos un buen trabajo. Te debo una gigante.

-Pues eso me parece fantástico, no tengo la menor duda de que Mitch es un buen modelo.

Me quede fuera de la sala escuchando por unos momentos. Reí y salí. 

-Así que hablan a mis espaldas...- Dije sonriendo. 

-Solo le preguntaba a Erik que tal había sido la sesión de fotos.- Dejó un corto beso en mis labios. 

-Fue increíble, las fotos increíbles, todo quedo muy genial.- Sonreí apoyando mi cabeza en Scott. 

-Bueno... los veo mañana ¿no? 

-Por supuesto. ¿Es un evento formal? 

-Por supuesto. Vendrán autoridades y todo eso, así que por favor, los espero.- Dijo Erik con una sonrisa. -Debo ir por mis cámaras... Los dejo y Scott, gracias. Te debo una grande.- le dio un golpe en la espalda y se fue. 

-Bien... ¿No que nos veríamos en la noche? y podríamos ir al departamento, estoy algo cansado y quiero tirarme al sofá.- Reí y comencé a caminar a la salida de la universidad. 

-Creí que tomar fotos era fácil.

-Es fácil... lo difícil es el cambio de vestuario, pelucas, maquillaje... 

-¿Dijiste pelucas? 

-Si, dije pelucas, fui mujer nuevamente. 

-¿Entonces significa que veré a Michelle en fotografías?- Scott sonrió. 

-Si, pero ya mucho mas grande y mucho más perra.- Sonreí y tomé su mano. 

-Entonces sin duda esas fotografías quedaron fantásticas. 

La ultima vez que me puse maquillaje y peluca fue para una fiesta de halloween como "excusa" de que era un disfraz. Había ido con Victor aquel entonces. 

Camino a casa, en el auto de Scott no emití ninguna palabra, estaba realmente cansado, porque uno, por fin había terminado la universidad, y dos, esa sesión de fotos me agotó, paso tanto maquillaje por mi rostro, tantas poses, tanto flash que mis ojos ardían un poco por la poca costumbre. 

Cuando por fin llegamos al estacionamiento, yo me estaba comenzando a dormir. Scott bajo del auto y yo me quedé ahí inmóvil. 

-¿No planeas subir?- Dijo Scott abriendo mi puerta. 

-Estoy tan muerto que a penas me puedo la conciencia. 

-Tu conciencia debe pesar mas que tu... 

-Eres un idiota.

-Ven, yo te llevo.- Rió y me tomo en sus brazos. 

-Gracias papá.- Dije bostezando. 

-De nada mi pequeño Mitchy.

Scott me llevó hasta el departamento en sus brazos. Al llegar, abrió la puerta y entró, dejándome tirado en el sofá. 

-Gracias por traerme. 

-Esta bien... ¿quieres un café, té, agua o lo que sea para beber? 

-Quiero jugo de frambuesas. 

-No hay frambuesas, Mitch. 

-Si, si hay, en la nevera. 

-¿Quieres que prepare jugo entonces? 

-Por favor papi. 

-Esta bien mi pequeño. Pero no te duermas. 

-Okey...- Dije acomodándome en el sofá y cerrando los ojos.

(...) 

Faltaban solo 30 minutos para la exposición de Erik en la universidad y yo a penas me había dado un baño. Cada vez que tenia un acontecimiento importante el tiempo pasaba muy rápido y sentía que no alcanzaba a hacer nada, pero tuve un poco de suerte al tener a Scott ya que él es tan preocupado de los detalles que alista todo el dia anterior, realmente me salvó la vida. 

-¿Donde está mi corbata? 

-Acá cariño.- Grito Scott desde el baño. 

-Okey... me la entregas cuando salgas.- le grité de vuelta. 

-Aquí esta.- dijo saliendo del baño con una toalla al rededor de su cadera. 

-Por dios, Hoying. 

-Debajo de esta toalla no hay nada que tu no hayas visto antes.

Lo golpee con la corbata. -Idiota. -reí. 

-¿Cuanto falta para las 11?

-Media hora, así que apúrate, vístete rápido y recuerda que nosotros debemos estar allá antes de las 11. 

-¿A las 10:59? 

-¿Me estas tomando el pelo?- Dije colocando mi corbata. -Mejor no me pondré esto. 

Cada vez que debía usar ropa formal era un caos para mi, porque sentía que no se me veía bien nada. Scott me ayudo en ese sentido, ya que el siempre sabe que debo y que no ponerme, ha ido a mas eventos "formales" que yo, pero había algo con lo que no podía lidiar, las corbatas. Eran una pesadilla para mi, las odiaba, sentía que me faltaba el aire, que me iba a ahogar y morir, así que decidí dejar la corbata a un lado. Me puse un pantalón negro y una camisa blanca, como el día estaba un poco frió tomé mi abrigo gris, que llegaba mas o menos hasta las rodillas, arreglé mi cabello como siempre hacia un lado y terminé por abrochar mis zapatos, que tenían el mismo color que el pantalón. 

-¿Cariño estas listo? 

-Si, ¿y tu? 

-Solo me faltan los zapatos. 

-Esta bien. -Dije caminando hasta la cocina. 

A los minutos después apareció Scott y me dejó sorprendido el estilo que decidió llevar. 

-¿Que te parece?

-Me encanta.- dije con una gran sonrisa dibujada en mi rostro. -Te vez increíble amor.- Me acerqué a el y le di un corto beso. 

-Decidí no ponerme corbata. 

-El negro y el rosa encima te queda perfecto.- miré la hora. -Debemos irnos ya o Erik nos va a matar.- Reí tomando mi celular y las llaves. 

-Esta bien, camina adelante, yo te sigo. 

-Bien, te espero en el auto. 

Camino rápidamente hasta el ascensor del edificio y me encuentro con la sorpresa de un gran cartel con un "utilice la escalera". 

-Dios, ¿por que me odias?- dije en voz baja y camine rápido hacia las escaleras. 

Mientras iba bajando a paso rápido las escaleras no iba pendiente de que o quien podía estar cerca, en un momento choque con una persona, tirando al suelo todo lo que esta otra persona traía.

-Disculpa... perdón, no vi donde miraba.- dije agachándome sin mirar a la persona para recoger las cosas que había tirado. -Soy un idiot... -Me quede congelado al ver de quien se trataba.

-¿Mitchell?

Escuché unos pasos bajando la escalera, seguía sin responder.

-Mitch, amor, Erik me llamo y dijo que...- La cara de sorpresa de Scott fue demasiado notoria. 

-¿Scott? 

-¿A...Ali...Alice? 





MichelleDonde viven las historias. Descúbrelo ahora