Un Cuerpo En Pena.

Take It Off

Estábamos cenando. El me estaba haciendo invitaciones para ir a comer a otro lado después.
-Esta vez yo te invito. Le insinue.
Te invito a mojarnos y no de la lluvia.
Te invito a mi cama y no precisamente a dormir.
Te invito a que me pongas de rodillas, y no exactamente ante Dios.
Te invito a que pienses que esto es malo. Y que te mate la curiosidad. Que veas esto difícil e imposible, pero no te quedes con las ganas de saber que es.
Antes de que me hagas lo que sea te invito a que busques mi punto débil y no pares de hacerlo.
No importa si lo logras o no, prueba con algo diferente. Simplemente hazme sentir excitación.
Bésame donde te señale. Hazme llegar al punto de sudar, de gemir.
Recuerda los encuentros pasados y lo bien que lo pasaste.
Quiero que sientas que te hago venir. Que estás al punto del orgasmo.
El me interrumpió y dijo...
- ¡No puedo esperar a que estemos sólos esta noche… ¡No tienes idea lo que te espera!
Me encanta tu pantalón negro, le comenté.
Sería una lástima que te lo quitara más tarde.
Nuestro nivel de perversión fue aumentando.
El puso su mano sobre la mesa y la acarició. Mirándome fijamente me dijo...
-Si supieras lo que estoy imaginando que podría hacerte en esta misma mesa.
Me salió una risita sádica.