Full Passion

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Después de meses de tanto aguantarnos tantas ganas de por fin querer estar completamente dentro mío, se llegó el día.
Estuvimos todo un día completo juntos, tuvimos casa sola totalmente.
Estábamos sentados afuera... se nos notaban estas ganas inmensas de quitarnos la ropa con intensidad.
Entramos a la casa, yo cerré la puerta, y cuando voltee para seguirlo a el, comenzo a besarme. Pero eran besos mucho más apasionados que otras veces. Me cargó, y me impulsó contra la pared. No dijimos ninguna palabra durante el acto. Fuimos a la cocina y me recargó en la mesa. Siempre fue aspiración tener que hacer en la cocina.
Total.
Estando yo sobre la mesa el continuó basándome. Metió sus manos en mi espalda y desabrochó mi brassier. ¿Cómo? No lo se.
Era un experto.
Retiró mi sostén. Pero me quedé con la blusa. Puso sus manos en mis pechos.
Después si, ya retiró mi blusa. E hizo que me acostara.
Comenzó a besar mis labios bajando a mi cuello. Subí mi cuerpo, y el ya estaba trabajando con mis senos.
Duró un buen rato ahí. Y poco a poco, lentamente fue bajando hacia abdomen.
Rozó sus dedos encima de mi pantalón haciendo que me excitara un poco más. Después, lo desabrochó. Puso sus dedos bajo mi ropa interior y comenzó a masturbarme.
Se detuvo unos segundos.
Quitó mis pantalones y bajó ah hacerme un oral, mientras dejaba sus dedos dentro mío haciendo diferentes movimientos.
Sentí que el ya había terminado conmigo. Sin embargo, faltaba el.
Me levanté e hice que se sentará en una silla. Lo tenía demasiado levantado.
Me senté en el. Mientras el besaba mi cuello yo me comencé a mover, lento. Mientras hacía aquello comencé a besarlo. Bajé mis manos a su abdomen y retiré su camisa. Comencé a tocarlo. Y no precisamente a el. A su miembro. Desabrochó su pantalón y se lo quitó discretamente.
Me inqué mientras el estaba sentado.
Pasé mi lengua encima de su boxer. Luego, ésta vez, se lo jalé de arriba para abajo, lento, sin prisa. Unas cuantas veces. Lo puse en mi boca, dejándolo lleno de saliva, el jalaba mi cabello. Lo metió hasta mi garganta.
-Ya basta. Aquí no.
Me dijo sin aliento.
Me levantó,y no supe a donde caminó. Pero me aventó a una cama.
Se levantó. Debajo de la cama sacó unas cuantas cuerdas.
¿Para qué?
No se.
Pero me agradaba la idea.
Estaba obscuro.
Extendió mis manos y piernas. Las ató a la cama.
Puso tres de sus dedos dentro mío.
Fue agresivo.
Dolía.
Quería que parara, pero en si, dejé que continuara.
Durante todo el rato no gemí ni grité ninguna vez. Pero en ese rato, fue mi perdición. Dolía con exageración. Intenté quitarme o moverme pero no podía. ¡Estaba atada!
-¡Ya basta!.
Grité.
Lo dejó de hacer, hizo como que retiraría sus dedos, pero sintió que estaba menos tensa.
¡Y los volvió a meter completamente sin piedad alguna!
Gemí, y grité. Estaba sudando como si fuese sido un baño el que me di.
Me retoricía. Jalaba las cuerdas. Inclinaba mi cuerpo hacia arriba.
Llegué a un orgasmo.
Sacó sus dedos. Y bajó continuando con un oral. Podría decirse que tan sólo con usar sus dedos me destrozó. Pero que si lo disfruté. En realidad no quería que parara.
Subió a besar mis labios.
Desató mis manos y pies. Me senté recargandome en el respaldo. Jalò mis pies haciendo que me volviera acostar. Mis piernas rodearon su espalda, metió su miembro en mi vagina. Lo retiraba y lo volvía a meter lento. Se que iba lento. Pero estaba tan adolorida que parecía que estaba siendo salvaje otra vez. Aruñaba su espalda por semejante placer. Duramos más o menos tres horas. No hicimos pausas, nadie nos molestó con llamadas. Y no nos molestaba el silencio. Estábamos al ritmo de nuestras canciones favoritas.

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⏰ Última actualización: Dec 11, 2016 ⏰

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