Capítulo 2: Dibujo Jones

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El reloj despertador marca las 6:49 y empieza a sonar. El hombre que estaba en la cama, que tenía el pelo enrulado y desordenado se despierta, abre los ojos enrojecidos y apaga el reloj. Se levanta de la cama y puede apreciar el amanecer, que era muy brilloso para él, así que pinta el cielo de color morado con su lápiz en la ventana para bajar el brillo y poder ver bien. Al parecer, su lápiz podía, además de dibujar en cualquier superficie, cambiar el color del cielo si así lo deseara. Se refriega los ojos y se levanta, dirigiéndose a la cocina para hacerse el desayuno. Pero en vez de agarrar las cosas típicas para cocinar, tomó su lápiz de nuevo y dibujo dos tostadas con mermelada en la mesada, luego las agarró como si fueran cosas materiales y se las comió. Aparentemente, lo que dibujaba también se materializaba y era manipulable, lo cual seguramente hacía que el lápiz fuera muy codiciado por todos. Pero en realidad, nadie sabía sobre la existencia de éste objeto, ya que casi nadie lo había visto.
Mientras tanto, en un lugar no tan lejano, había alguien similar a éste tipo que ya estaba por salir de su casa cuando fue a buscar su mochila, la cual era gigante y con forma de nariz, la cual tenía una etiqueta que decía "Nariz de Piedra" y adentro se encontraba una gigantezca nariz hecha de piedra, la cual era una posesión muy importante para este individuo y que llevaba a todos lados donde iba. Luego se la puso y salió a realizar las cosas que solía hacer en el día, como observar fijamente a la gente en la estación de metro o pescar en la alcantarilla de la esquina. Es decir, el hobby y estilo de vida de Nariz de Piedra era incomodar a la gente, básicamente.
Volviendo al anterior personaje, ya estaba listo para salir a "entrenar" (así le decía a correr en círculos en el parque por aproximadamente 5 horas) pero le llego un mensaje de texto de un número desconocido que decía "VOY A ESTAR ESPERANDO A QUE LLEGUES". El mensaje lo hizo sentir extrañado, incluso incómodo pero lo ignoró pensando que seguramente se equivocó de número y se dirigió al parque.
Ambos estaban en camino a sus respectivas actividades, cuando por el azar de la vida se encontraron, luego de muchos años, en una esquina. Ambos se reconocieron y se abrazaron fuerte, se pusieron a hablar de sus vidas y decidieron seguir en contacto, así que se pasaron sus números de teléfono. Pero al revisar sus celulares, ambos habían recibido el mismo mensaje, el cual decía "SE QUE ESTÁN JUNTOS. SABEN QUIEN SOY YO. AEROPUERTO EN UNA HORA.". Ahí fue donde cayeron en la cuenta de que solo conocen a una persona que escribía todo como si fuera un telegrama y en mayúsculas. Entonces los dos se miraron y dijeron el mismo nombre, el cual hace años que ni siquiera recordaban: Cabeza de Pato. Los necesitaba, y a pesar de todo lo que haya pasado, seguía siendo su amigo y sintieron la necesidad de saber que le pasaba y cómo se encontraba, así que tomaron un taxi y se dirigieron al lugar donde les dijo digo que los encontraría.

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