Tarde de febrero.

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Ya para esos coloridos días del mes de febrero, buscabas flores con sabor a cielo.

Te vestias de princesa, y yo complacido de ser tu fiel errante

Buscábamos caricias en noches de veló, ahora ni la tenue brisa complace el maldito hielo

Los suspiros hiban y venían como notas de algún soneto, yo miraba tus labios y soñaba con tenerlos

Las horas transcurrían como Águilas en pleno vuelo, tu me regalas tus risas y yo tocaba el averno

El mismo Cupido moría de celos, pues tú corazón era mío y no le daba consuelo

Que hermosos días fueron aquellos; tardes de música, besos y sin ningún tipo de freno

Me auto proclame Dios, en esas hermosas pendientes, los días transcurrían y yo me sentía inherente

Llegue al punto de ser tu poeta, Hasta Neruda y Benedetti conmemoraban mis ofrendas

Versos como Rosas te regalaba, hoy creo que nunca bastaban

Conmemoró esos gloriosos días con estas palabras vacías, estoy seguro que no volverán
Ni aunque sueñe con ese "Algún día".

Las ideas estúpidas de un maldito escritor. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora