¡Oh, adolescencia!
apiádate de mí,
déjame soñar libre esta noche
y llévate las cenizas;
a cambio, seré cauteloso
no compartiré con nadie aquellos días grises
¡Oh, adolescencia!
¿Es acaso, aquella mancha, una seña de mi desliz?
¿Acaso esos días grises regresaron a mí?
Adolescencia,
apiádate de mí.
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Y cuando llegan las palabras, el olvido se dispersa
PuisiHay palabras que no tomaste en cuenta un día de verano. Palabras secas y libres, que salieron casi sin pensarlo. A la vida, a veces mierda, la llevas en la espalda y nunca la has dejado. Hay palabras, pero no arriban hasta el tan ansiado nuevo año...