Adusto y albuznaque

143 2 0
                                    

Los siguientes días siguieron igual de terrorificos. Hacía días que no mantenía una conversación decente con una persona.

Me desplomé en la cama y suspire alto. Cerre los ojos y pensé en todo lo que había ocurrido en la última semana. Pensaba irme de vacaciones con mis dos mejores amigos el siguiente mes, pero me tubieron que raptar y traer a este infernal lugar. ¿Porqué a mi? ¿Justo ahora?

También pensé en el maldito momento en el que decidí irme de casa esa noche. Yo escapaba de casa por las noches desde mis trece años. Vivía en casa con mi madre y mi abuela, que por cierto jamás me  habían descubierto salir, hasta ahora. No me quería imaginar lo preocupadas que estarían por mi ahora mismo, ya no estaba en casa desde hace casi una semana. Me estremezco al pensar lo que deben estar sufriendo.

Tenía que escapar, pero resultaba casi imposible. Quería huir no sin antes hablar con Bastian. Bastian... ah. Suspiraba hasta al pensar en su nombre... nunca me sentí así por un hombre nunca. Y menos en tan poco tiempo, no llegamos a estar ni una hora juntos y ya me sentía en las nubes...

Había escuchado hablar del amor no correspondido... claro, como la distancia, diferencias... pero no. Yo me refiero al cuando el hombre que recién conozcas, te rapta y convierte tu vida en un infierno.

¿Amor? ¿Bastian? Esas dos palabras no van juntas en una misma oración. ¿En qué estaba pensando? Apenas lo conocía, y la verdad que tampoco me daban ganas de conocerlo sabiendo que me trajo hasta allí.

Apreté mis párpados y mis puños. No sentía fuerzas y tenía los labios blancos y secos.

Escucho el ruido de la puerta y me sobresalto.

ㅡ Sh sh sh, soy yo. ㅡ me tranquiliza.

ㅡ ¿Que quieres aquí?ㅡ respondí ofendida.

ㅡ ¿Estás enojada? - me dice mientras cierra la puerta, con una sonrisa burlona. Traía puesto una remera blanca pegada al cuerpo, y arriba una chaqueta marrón oscura y unos jeans claros. Tenía puesto un perfume que olía a la perfección. Era tan guapo...

ㅡ Esa es la pregunta más estúpida que escuché en mi vida Bastian.

ㅡ Creeme que sí, pero debes perdonarme. Es mi trabajo, no tengo elección Celie... Lo siento. ㅡ  responde con una voz suave e inocente mientras se sienta despacio en la cama.

¿Su trabajo? No tenía ganas de pensar ni analizar sus palabras, y no le presté atención y lo olvidé a los pocos segundos.

ㅡ Ni hablar. ㅡ conteste ofendida.

Me crucé de brazos y apoyé la espalda contra la pared y me acomodé en una esquina de la cama.

ㅡ Te traje algo de comida si eso recompensa algo ㅡ me dice mientras señala una bolsa llena al lado de la puerta.

ㅡ Ah, gracias. ㅡ respondo entre dientes, con los labios funcidos.

ㅡOh vamos, ¿vas a estar así toda la noche? no me escapé de mi puesto de trabajo para que no me hables en toda la noche. Ademas, no suelo hacer estas cosas. ㅡ me dice mientras me acomoda el pelo hacia atrás y se sienta al lado mío.

Trato de manternerme seria pero no puedo. Me hace sonreír hasta sin decir chistes. Contengo una sonrisa y el lo nota.

ㅡ Te tardaste algo en venir a visitarme, hace días estoy acá encerrada.

ㅡ Escaparme de allí no es tan fácil, pero lo haré mas seguido si te gusta ㅡ me dice girando la cabeza hacia mi, mirandome con una sonrisa. 

¿Que tan difícil podría ser escapar de su oficina un rato? Fruncí el seño.

No puedo mirarlo. Me avergüenza y no se porqué. El agarra su barbilla y giro la cabeza hacia el.

MortifìcameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora