Salida encerrada. [Parte 2]

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ㅡHaz jodido la última y única de nuestras oportunidades. ㅡ replicó Jane, sentada en una de las esquinas de la pequeña habitación en la que estábamos.

ㅡ ¿He jodido? ¿¡Yo?! ㅡ contesté ofendida.

ㅡ Si. ¡Tu Celie! ¡Tú!

Paro en seco y dejo de caminar por toda la habitación como lo estaba haciendo. Con la mano en la barbilla me la quedo observando, seria. Ella me fulmina con la mirada.

ㅡ Ambas estábamos juntas en esto. Te invité y tuviste la elección de venir o quedarte.

ㅡ En realidad prefiero quedarme allí como estaba, quién sabe qué nos harán ahora.

ㅡ Hubieras prefierido quedarte antes de elegir venir a arrastrarte por los pasillos conmigo. ㅡ respondo.

Pongo los ojos en blanco ante sus hipócritas palabras. Sigo caminando nerviosa de un lado al otro de la habitación. Pensando y analizando.

La habitación era muy pequeña, pintada de blanco, sin baldosas ni azulejos. Tenía un reloj de pared, de madera, el cual las agujas no se movían y marcaba la hora atrazada.

Jane se encontraba con los brazos cruzados y las piernas estiradas, con la mirada perdida, en silencio.

ㅡ ¿¡Qué te hizo pensar que sería tan fácil y rápido?! ㅡ exclama Jane, rompiendo el silencio.

ㅡ ¡Porque yo he salido Jane, ya te lo he dicho! Y no había ni un maldito guardia y la maldita puerta estaba completamente abierta.

ㅡ ¿Y porqué no te fuiste cuando estaba abierta, como tú dices, en vez de esperar en el maldito horario en el que los clientes llegan?

Entrecierro los ojos, mirándola, conteniendo la ira. Trago saliva y me cargo los pulmones de aire.

ㅡ Eran las dos de la tarde cuando salí, ¡Bastian me sacó! Este era el único horario en el que podíamos Jane, por eso te ofrecí ir. ㅡ conteste forzando tranquilidad, y remarcando cada palabra para que comprenda, como si ella fuera un niño.

ㅡ Hubieras pensado antes en las consecuencias. ㅡ suspira Jane.

Me tragué las palabras antes de seguir discutiendo. Se hace silencio de nuevo, hasta que alguien irrumpe en la habitación.

Un hombre bajo, vestido con un traje color marron y unos zapatos brillantes negros se para frente a la puerta con las manos en la espalda, y nos observa lentamente. Frunze el labio y mira hacia abajo ya que la mirada de Jane lo ponía incómodo.

ㅡ Bien señoritas. Al parecer ustedes no sabían en los beneficios que se encontraban.

Fruncimos el seño sin entender.

ㅡ Este es uno de los mejores lugares. Si han estado en algún otro, deben haber notado qué el trato hacia las mujeres y gente que esta aquí es mucho mejor, pero el propósito no cambia. Y no perdona.

Bajo la cabeza y sé que tiene razón. En realidad, era uno de los mejores y la gente era más buena, y lo habíamos hechado a perder todo.

ㅡ Estamos tratando de resolver el problema que causaron ㅡ y insinua seguir hablando, hasta que lo interrumpo fingiendo inocencia.

ㅡ Por favor, no. ㅡ suplico inesperadamente.

Ambos me miran, sorprendidos.

ㅡDéjenos aquí, denos una segunda oportunidad, se lo suplico. ㅡ insisto, dejando de lado mi orgullo, que me mira cruzando los brazos y meneando la cabeza, reprovando mi reacción.

MortifìcameDonde viven las historias. Descúbrelo ahora