Capítulo 9. El trapeador asesino

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Desperté por la luminosidad que emanaba de la cocina, eran las tres de la mañana. No faltaba decir que era Abi la que rondaba por ahí.

Me levanté con cuidado para no marearme, y caminé con cautela hasta la cocina.

—¿Abi?—. Dije, cuando ya estaba frente a ella. Mis sospechas habían sido confirmadas.

Abi se volteó a mirarme con velocidad. Estaba llorando, y con los ojos hinchados como rana.

—Estaba viendo siempre a tu lado, qué clase de sádico hizo es película.

—¿Estás llorando?

—No, se me metió un insecto al ojo.

Bufé ante ese comentario, luego miré detenidamente y vi que algo en su ojo se movía.

—¡Se está moviendo! ¡Mátalo!—. Tomé la escoba y la utilicé como escudo.

—¡Sacalo, pondrá crías en mi ojo!—. Exclamó ésta con miedo.

Y así fue como pasamos toda la madrugada intentando no dejar a Abi ciega.

(...)

Luego de una ducha fría, me vestí, la fiesta era en cinco horas. Mi celular sonó. Temía que fuera de Mian otra vez.

Tienes que ver esto... ASDFGHJKL.
    -Blair.

El texto venía acompañado de un link, lo abrí y me llevó a un vídeo publicado en las redes sociales de la escuela.

—¿Estás grabando?—. Decía alguien, que se vio pronto en la pantalla; era Diego, nuestro  compañero de clases. La única ropa que usaba era un ajustado short  café y unas orejas de zorro.

—Listo, acción—. Decía la voz de Gustavo, que apareció vestido como un conejo.

—Había una vez un pequeño conejito llamado Gustavo—. Leyó Blair con voz de narradora de Disney. 

Gustavo apareció en acción.

—Y un zorro macho no tan macho llamado Diego. Como Diego era un zorro, se comió al pequeño conejo...

Blair miró a ambos chicos para que actuaran, pero estaban confundidos y con carcajadas. Ella se encargó personalmente de empujar a Gustavo, para que este accidentalmente besara a Diego.

—¡Y se comió al pequeño conejito!—. Gritó Blair con victoria. No tenía ni un ápice de vergüenza por lo que había hecho.

El vídeo concluyó justo cuando Gustavo decía "esto no estaba en el contrato".

—Esto me reconforta... De alguna manera, si es posible.

(...)

Aún me preguntó qué pasó con las horas, porque la última vez que vi el reloj eran las 6:00 y ahora, repentinamente son las 7:56.

—¡Ponte algo, debemos preparar todo!—. Dijo Abi.

—¡Tú también prepárate, pareces espantapájaros!—. Exclamé paranoico. Estaba en mi derecho, Abi parecía... Un trapero sucio con su cabello alborotado.

—Seré espantapájaros, pero soy sensual y eso no lo niegas bebé—. Dijo curvando sus labios y haciendo una pose de diva de pasarela.

Estalló en risas, y antes de que le lanzara algo para que se comportara fue a su cuarto.

—Abi... Voy a crucificarte en el jardín algún día.

Tocaron el timbre, fui a atender mientras Abi se alistaba.

Abrí lentamente la puerta, hasta dejar una pequeña abertura, la cual fue ocupada por la pierna de alguien.

—Benjamin, no soy algún tipo de violador, puedes abrir—. Musitó Vicente en un intento por entrar. ¿Qué hacía aquí? Aún no era la fiesta.

—Vicente... ¿Qué diablos haces aquí?—. Dudé con desconcierto absoluto. 

—Abi llamó, dijo que viniera a ayudar, no tenía muchas ganas, pero debía hacer algo... Así que, podrías abrir la puerta.

Accedí a abrirle.

—¿Comenzamos?

—Claro—. Sonreí. Abi estaba en la escalera con una sonrisa macabra, especial para película de terror. "El trapero asesino".

Ahora que eramos amigos, tenía un poco de confianza con él.

Mi celular vibró, otro mensaje de Blair.

Vicente es débil a la cerveza, últimamente ha tenido algunos percances con su novia, así que se distanciaron un poco. Su talla es 41. Sé feliz, y feliz navidad... Digo, cumpleaños.

Blair-

Mi querido acosadorDonde viven las historias. Descúbrelo ahora