MI NIÑA.

Sus Talentos.

Había sido una semana de puta mierda, no mierda solamente, puta mierda. Y lo más bajo es lo que hice hace 20 minutos.

Al siguiente día por la mañana el pendejo de Isaac me vio con la arrastrada de Pamela. La muy zorra tenía sus manos en mis testículos, tratando vanamente en que sediera a sus caprichos. Fue cosa de segundos, los cuales el paso y nos vio. Ya imagino la situación. Va le cuenta a Pau, ella dice que no somos nada y el puto vuelve al acecho.

Como lo dije: al siguiente día lo tenia en la mesa que compartimos Pau y yo... y hasta esta mañana aun nos hizo el honor de deleitarnos con su presencia; toda la semana viendo su asqueroso rostro. Como comparten música el pendejo lo utiliza para excluirme de la conversación. Por lo que hice algo que jamás imaginé que haría... Me inscribi en baile. Ya me imagino al equipo, eres maricon, puto... No importa, cuando me pidió que la ayudará a bailar salsa, conclui que yo sería el único que le pondría las manos encima. Seré el maricon del equipo; pero un maricon con su chica a salvo, y le pagaría al becado con la misma moneda. -sonrei- ¿porque sonríes?- recordaba algo- sabes tu amigo es muy gracioso- mi sonrisa cayó, otro que es como un grano en el trasero.

Salvador o Chava para los amigos, la nena para mi. El cobarde que me abandono a mi suerte. Se nos unió a nuestro feliz grupo en el almuerzo junto con la chicle de Sophia, le dicen el bubalo... Por pegajosa. Tiene tras la nena desde que recuerdo. No le importa que la utilice cada que no encuentra algo mejor con que pasar el rato.

O si es simpático- ¿prácticaremos este fin?  - por supuesto, no te cansas de decirme lo malo que soy.

Un, dos, tres, cuatro. Un, dos, tres, cuatro, muy bien Mati. No fue tan difícil verdad. Si seguimos así seremos pareja oficial- ese es el objetivo, pense- No entiendo ¿porque si eres tan buena bailando, te inscribiste? - a ella se le iluminaron los ojos al recordar - mi maestra Maria decía que si no se práctica, no se perfecciona y si no se perfecciona, no se llega a la excelencia - la extrañas - si a todos, algunos eran mis maestros desde que tengo memoria, a otros los llegue a apreciar en poco tiempo. Mi maestro de mandarín era el más joven y... - de pronto se puso melancólica. Nació en mi un sentimiento de desconfianza y celos y se le ocurre a mi padre entrar... Adiós a lo poco que pude haber averiguado.