Su personalidad

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El resto de la tarde no vi a nuestra invitada en todo el día, a la hora de la cena no se presentó al comedor, “porque estaba muy cansada” que ridiculez es esa ni que se hubiera venido caminando… pero bueno solo Lupita (una de las sirvientas) le llevo la comida a su habitación, bastante grande la verdad, tuve oportunidad de espiar un poco antes de que llegara y la chica es todo una deportista, practica ballet por que le hicieron instalar una de esas barras que usan y también un piano de cola, bueno eso lo trajeron de su casa, aparte de una pequeña biblioteca particular, con libros traídos de su casa, por lo que se puede ver esta niña no era una indigente, tenía dinero, la pregunta era ¿Quién diablos es?

Al día siguiente me desperté temprano algo raro en mi por lo general duermo hasta las 10, unos ladridos me despertaron, raro porque los perros a esta hora están con los chicos de la granja ya sea en el establo o en el campo con el ganado, estos ruidos se escuchaban en la puerta principal, me acerque a la ventana y ahí estaba nuestra niña con un gran Danés gris, hermoso el perro… estaban jugando ella corría y el perro hacia que la alcanzaba, también estaba un pitbull red, aunque él no corría con ellos estaba regiamente sentado viéndolos jugar… y un caballo negro hermoso semental… al parecer ya había traído sus mascotas y como no me aguante las ganas baje para averiguar.

- Hola- me hacer que saludando y con una sonrisa de medio lado que sabía que siempre funcionaba para ponerlas nerviosas. – Hola muy buenos días – me contesto ella con una sonrisa perfectamente natural, no me lo esperaba, ni un sonrojo ni nada. – ¿Tus mascotas?-  si así es, ella – me dijo señalando a la pitbull que estaba acostada pero con las orejas en alerta – se llama Venus, el – señalando al Gran Danés – se llama Cherocke –  no puede soltar una sonrisa le había puesto como El libro de Colmillo Blanco – lo sé; es igual al libro de colmillo blanco, siempre quise tener un perro y llamado así – me respondió encogiéndose de hombros, como supo que estaba pensando eso mismo – me gusta el libro – solo atine a decirle eso dándole una sonrisa que me salió totalmente natural. – y el – prosiguió acercándose a su caballo y sacándome de mis cavilaciones – es Trueno – enarque una ceja… ¿trueno? Pero bueno no me importaba.

- Que lindo tu caballo ¿quieres que vallamos a montar y de paso conoces un poco? – ella me vio dudando un poco, como si tuviera una pelea interna y acepto al final – está bien ¿pueden acompañarnos mis perros? – Sera que estaba desconfiando -  por supuesto – sonreí.

Montaba excelentemente, y sin rodeos alguno y a lo que iba le pregunte - ¿Quién eres y porque estás aquí? – Vaya directo al punto ¿eh? – me dijo con una sonrisa en sus carnosos labios, tan pequeños como de corazón… - disculpa es solo que tengo curiosidad mi papa no a querido decirme más de ti, solo que eres huérfana y estas bajo su cuidado, pero tus pertenencias y modales demuestran que no eres humilde. – Bueno realmente no lo soy, por el momento será mejor que te quedes con la versión de tu padre que es verdad aunque no completa obviamente, solo te diré que mi padre murió hace quince días, y todo es muy reciente para aundar mas en el tema sin que yo me hunda en llanto, y ya que no nos conocemos mucho, no será una escena muy cómoda verdad. – me dijo con sus ojos un poco cristalizados por las lágrimas contenidas por lo que no insistí y solo asentí.

Cabalgamos un poco más, tenía un cuerpo estupendo, sus caderas subía y bajaban mientras cabalgaba y no puede dejar de imaginarla sobre mi… sacudí mi cabeza intentando sacudir esos pensamientos.

- Gracias – voltee a verla un poco sorprendido – por no preguntar más y entender lo difícil del tema – No te preocupes, trato de entenderte, y ya que no puedes decirme de tu pasado platícame de ti, que te gusta comer, a donde sales a divertirte, a que colegio ibas, cosas como esas… - sonrió un poco y con sus bellos ojos viendo a lo lejos contesto – Nunca he ido al colegio, siempre tome clases particulares, acompañaba a papa en sus diversos viajes de negocios y también mis maestros, me gustan las ensaladas, dulces también aunque nunca se me permitió comer muchos, me gusta ir al cine, a cabalgar, bailar, cantar, tocar el piano, correr, soy un poco tímida cuando no me siento en confianza, pero por lo general soy muy tranquila y amo leer. Ahora tu platícame de ti -  finalizo con una sonrisa en sus labios, su cabello ondeaba con el viento – Bueno, me gusta cabalgar, ir de vez en cuando a un bar con mis amigos, hacer barbacoas, ir a fiestas, como de todo, soy carnívoro en esencia, la escuela regular de repente como todo me aburre… - y deje lo demás en el aire, me di cuenta que diferíamos en mucho, aunque realmente no importaba solo coincidíamos en cabalgar, no me atreví a describirme, ¿qué le iba a decir? Aun así le había dado materia para desconfiar ella era tan fresa, tan dulce, tan inocente, tan niña. Por Dios si que era hermosa.

- Sabes ojala algún día puedas invitarme, me gustaría conocer tu diversión – me dijo mientras cabalgábamos lentamente y sus perros corrían jugueteando por el campo de trigo. – Claro -  le conteste, pensando en cómo se iban a poner mis amigos cuando la conocieran, seguro en seguida se dejaban ir como lobos. – Regresamos, tengo un poco de hambre – Oh perdona yo ya había desayunado, no pensé, discúlpame.

- No te preocupes, no desayuno tan temprano por lo regular -  y comenzamos a cabalgar.

Entramos por la parte de los establos y desmontamos, voltea a ver si veía alguno de los mozos para entregarle a Tayson, mi caballo pero no los veía, comenzaba a molestarme cuando al voltear vi que ella ya había desmontado y se disponía ya a cepillar a Trueno – ¿qué haces? – volteo y me sonrió dulcemente – cepillo a trueno, - para eso están los mozos – lo puedo hacer yo y si no están es porque deben de estar ocupados y yo no tengo nada urgente que hacer, si gustas déjame el tuyo no me importaría cepillarlo también – me ruborice, que diablos, que nena me vi, no tuve opción fui por el cepillo y comencé a hacer la labor, ella volteo disimuladamente y volvió a sonreír, más diablos.

Entramos a la casa y Lupita enseguida me ofreció de desayunar a lo que yo acepte, después de irme a duchar, Paulina no nos acompañó, en cambio desde su habitación se escuchaba la melodía del piano.

- Oh Para Elisa, ¿no es así amor? – así es mi vida, es muy talentosa verdad. - ¿Qué? ¿Mi amor? ¿Mi vida? ¿Mis padres? No dije nada y seguí comiendo.

MI NIÑA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora