Capítulo 5

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Aquel pollito iba a matarlo.

Después de verlo desaparecer corriendo hacia su clase, Baekhyun había salido del campus y se había ido a casa en su coche. Una vez allí, se había dado una ducha para deshacerse del sudor, la excitación de todo aquello y el sol que le había caído a plomo durante la comida lo habían hecho sudar en demasía y Baekhyun podría ser un lobo, pero era aseado.

Incluso tras la ducha podía sentir aún los dedos del chico agarrándose a su pelo, el sabor de su esencia en la boca, y eso lo hacía sonreír. Se había comido al pollito, no como quería pero lo había hecho, al fin y al cabo.

Y sin embargo, aún quería más. A pesar de haberse masturbado mientras le hacía la felación y de haberlo disfrutado como no había disfrutando chupando un pene desde hacía años, quería mucho más. Al contrario que con otros amantes, no le bastaba con eso. Baekhyun quería que Chanyeol se rindiera completamente ante él, sí, pero también había descubierto que quería ver más esa cara de sorpresa cuando le dijo que le gustaba, o el sonrojo de sus mejillas de después.

A decir verdad, todo en Park Chanyeol gritaba adorable, desde su suave y esponjoso pelo naranja, pasando por su cara de bebé y sus expresiones sinceras hasta su manera de comportarse o de reír. No todo, le dijo una vocecita en su cabeza, pasando entonces a recordarle lo sexy de su voz, de su mirada llena de deseo cuando lo miraba o de sus gemidos cuando se corrió en el baño. Incluso, recordó, aquellos abdominales que tuvo el privilegio de ver y tocar por algunos segundos antes de que Junmyeon les estropeara la fiesta.

Se pasó la mano por el pelo, frustrado. No sabía qué era, pero realmente Park Chanyeol lo estaba volviendo loco.

Decidió emplear la tarde en hacer la llamada de cortesía semanal a su padre. La relación con el señor Byun podría ser descrita como cortés siendo optimistas, desde la muerte de la madre de Baekhyun, el señor Byun había cambiado. Mantenía a su hijo pasándole mensualmente a modo de pensión el dinero que su madre le había dejado en herencia y del que podría disponer en total una vez faltara su padre. A pesar de todo, no era el dinero lo que había hecho distanciarse a padre e hijo, a pesar de que eso fue lo que dijeron las malas lenguas. La verdad era que para el señor Byun, ver a Baekhyun era doloroso, era el vivo retrato de la señora Byun y el latente recuerdo de su falta. Aquel hombre prefirió darle una casa y todas las comodidades antes que tenerlo viviendo junto a él.

Aún así, Baekhyun lo llamaba una vez a la semana, los martes por la tarde cuando sabía que su padre se encontraba en casa, para asegurarse de que estaba bien y de que el resto de miembros de la manada cuidaban de él. Otra razón para no ir a las reuniones era que, probablemente, se encontrara con su padre allí.

Estoico, marcó el número de la residencia principal de su padre, donde el teléfono fue descolgado por uno de los mayordomos en apenas dos timbrazos. Le comunicó que el señor efectivamente se encontraba disponible y procedió a llevarle el aparato para que pudiera hablar con su único hijo.

La conversación fue insustancial, como siempre, Baekhyun preguntándole por su salud y su padre preocupándose por su falta de estabilidad. Para el lobo no era algo nuevo que su padre quería que asentara la cabeza, así habría otra persona que cuidara de él y de controlarlo cuando él faltara. Sonrió, cínico, al pensar en eso. Su padre no quería que encontrara el amor, su padre quería que encontrara un contable.

La llamada no se prolongó por más de diez minutos y fue una de las más largas que habían tenido ya que su padre había oído que se había pasado por el Two Moons, a pesar de que no lo había visto. Su padre siempre tenía algo que decir sobre sus salidas porque manchaban el nombre de la familia y de su difunta madre, pero a Baekhyun que su padre lo regañara por mantener las apariencias delante de la gente influente de la manada realmente lo entristecía. Porque lo hacía por los demás, no por su bien.

- Te vieron irte otra vez con un muchacho joven, Baekhyun -lo reprendió su padre con su voz rasposa cargada de reproche.

- Ya sabes que me da igual que me vean, padre -le contestó muy tranquilo, mirando por la ventana de su apartamento.

- Era el hijo de Park Yoomin -y el desprecio en su voz era tan palpable que lo sorprendió-. Es una vergüenza para los cambiaformas como nosotros.

- Padre, tengo que colgar, tengo un compromiso -mintió descaradamente, cortando a su progenitor-. Hablamos la semana que viene.

- Baekhyun, no te atrev...

Colgó sin ninguna clase de miramiento o despedida cariñosa. Él no era así con su padre, no le nacía ser afectuoso con él pero era algo que tampoco le daba remordimientos. Por cosas como esa era por lo que en una situación como la que tuvo el viernes pasado, recurría a Junmyeon.

Junmyeon.

¿Sabría él el por qué del desprecio de su padre a Chanyeol y a su madre? Podía intentar hablar con el tipo, total, no perdía nada y había bastantes posibilidades de que Junmyeon supiera qué pasaba con ellos, no por nada el muy bastardo ocupaba una de las posiciones más altas en la jerarquía. Marcó el número de su amigo, llevándose el móvil a la oreja y esperando pacientemente los cinco tonos que normalmente tardaba Junmyeon en descolgar.

- ¿Sí? -como un reloj, el tipo le respondió al quinto tono.

- Junmyeon, ¿sabes quién es Park Yoomin? -preguntó sin rodeos.

- Hola, yo también me alegro de oírte -respondió sarcástico, y Baekhyun pudo imaginarlo rodando los ojos-. Claro que sé quién es, y tú también.

- ¿Yo?

- ¿Recuerdas a la heredera del clan de Itaewon que huyó hace algo más de veinte años con un humano y renunció al liderazgo, poniendo en peligro la estabilidad de las alianzas de los lobos de Seúl? -el tono de Junmyeon lo ponía de los nervios, realmente el tipo disfrutaba recreándose en la ignorancia ajena-. Es historia reciente, Baekhyun, ¿no te enseñaron nada en la escuela?

Oh. Esa Park Yoomin.

- ¿Y tiene un hijo? -siguió preguntando, ignorando deliberadamente el insulto que había dirigido a su persona su amigo.

- Estabas intentando acostarte con él en mi casa el otro día, bastardo.

Ahora tenía sentido el reproche de su padre. Había sido visto en público con el hijo de una desertora, coqueteando y ligando con él, sin contar el beso que se dieron antes de salir del Two Moons. ¿Pero qué demonios hacía allí el chico? Si su madre era una desertora, no tenía sentido que estuviera allí.

- Junmyeon, si eso es tal y como dices, ¿qué pinta una desertora con su hijo mestizo en el Two Moons?

- Park Yoomin se reincorporó a la manada hace apenas tres años, Baekhyun, va regularmente a las reuniones al contrario de alguien que yo me sé -aquel reproche lo hizo sonreír, Junmyeon a veces era como un hermano mayor un poco pesado-, y supongo que se llevaría al chico para no dejarlo solo, el padre murió hace un tiempo y aunque no es un cambiaforma, nadie iba a echarlo del local.

Por eso Chanyeol no se sorprendió al saber que era un hombre lobo. Quizá por eso también su olor le resultaba tan apetitoso, porque había algo de lobo en él, aunque fuera algo latente y no se despertara. En cualquier caso, le repugnó que su padre rechazara a Chanyeol simplemente por ser el fruto de una relación híbrida, por no ser un cambiaforma completo. Baekhyun no era tonto, sabía que no sólo era que su madre fuera una desertora; eso era sólo un añadido. Lo que su padre realmente repudiaba era la mezcla de sangre.

- Gracias, Junmyeon -le dijo, colgando acto seguido.

Baekhyun se quedó en el sitio, mirando el aparato en su mano. No iba a dejar tirado a Chanyeol, su lobo quería comerse al pollito pero ahora también quería protegerlo de todo y todos, no quería que fuera objeto de repulsa u odio como el que su padre albergaba hacia él. No, iba a cuidar de aquel chico.

Con esa resolución en mente se acostó aquella noche, pensando en ver a Chanyeol al día siguiente.  

The Beast Inside (Chanbaek/Baekyeol)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora