III

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¿Podría alguien a quien acabas de conocer hace apenas unos minutos alterar tu mundo con solo mirarte? Parecía que sí, Lord Bedford no dejaba de lanzarme miradas desde la otra punta del salón. Sus ojos grises me escaneaban de una forma, ardiente casi al punto de hacerme temblar. Y en vez de estar indignada... sentía una extraña sensación surcarme la piel. Y estaba haciendo demasiado colar aquí.

-Savannah podrías al menos disimular tú, ya que mi hermano no es capaz – la voz de April me trajo de nuevo a aquel baile alejándome un paso más de esos maravillosos ojos. – No te ha perdido detalle desde que te trajo aquí – dijo ella fascinada. Incluso lucia bastante divertida con la situación.

-Shh, April. Alguien podría escucharte, y además eso es absurdo – dije yo centrando mi vista en un punto lejos de él – No sé de donde sacas esa conjetura tan errónea. Hay demasiada gente aquí. Y solo estoy observando el salón–

- ¿Porque son erróneas según tú? No soy la única que se ha dado cuenta de cómo se miran – dijo con una sonrisa cómplice en sus labios – no es necesario que alguien me escuche para darse cuenta... todos los que están aquí lo han hecho – dijo apuntando al frente de nosotros donde una bastante molesta Amanda se encargaba de lanzarnos dardos con la mirada. Estaba realmente furiosa, estaba abanicándose con demasiada fuerza. - La odiosa de Amanda no ha perdido detalle de nada, incluso parece a punto del colapso. Creo que armara una escena en cualquier momento – una pequeña risa escapa de ella. - Está incluso tan roja como su vestido.

-No es gracioso April, no entiendo cuál es su problema conmigo no lleva más de unos días conociéndome y creo que ya me odia a muerte – digo centrando mi vista en las flores que adornan la sala evitando cualquier contacto visual. Con cualquiera de los dos, y no es por cobardía, claro que no. Sino que me reusó a seguir con este juego de miradas.

-Para ella, eres la chica que le ha quitado su ficticio esposo – dijo aún más divertida que antes – Mira que creer que va a ser la próxima duquesa de Bedford cuando mi hermano ni siquiera la ve, solo tonterías dice esa mujer – Estaba a punto de replicar cuando una voz que me parece haber oído antes me interrumpe.

-Buenas noches señoritas, permítanme decirles que están maravillosas esta noche – frente a nosotros se encuentra un hombre castaño de ojos azules mirándonos con interés es bastante apuesto y de inmediato lo reconozco.

-Lord Starling, que agradable sorpresa – April a mi lado se tensa de tal manera que creo que no respira.

- ¿Cómo se encuentra lady Ainswoth? Espero que el infortunio de esta mañana no la haya indispuesto más de lo necesario – dijo con una blanca sonrisa en su masculino rostro.

- No se preocupe milord, sólo fue el susto del momento. Eso y que mi tía, Lady Remington exagero un poco – digo observando cómo April mira a todas partes como tratando de escapar.

- Estas interrumpiendo una magnífica charla con mi nueva amiga Alejandro, ¿a qué se debe tal descortesía? – dijo ella enrollando su brazo con el mío. Y su tono mordaz saltaba a la vista.

- No era mi intención interrumpirlas, pero tenía que venir a reclamar mi baile – April contuvo el aire y me miro con ojos suplicantes. Como tratando de evitar algo.

- ¿Qué? – Dijo ella en un susurro apretando mi brazo – Lady Ainswoth comprometió su baile con James – dijo ella tan rápido que sus palabras salen abruptamente de su boca, ocasionando que el caballero frete a nosotros frunza su entrecejo.

- Ya lo sé, James venía conmigo pero tu madre lo intercepto en el camino, ya se nos unirá. El baile que solicito es contigo April – ellos se trataban con familiaridad como si fueran amigos desde antes, aunque ella parece incómoda con él. Incluso arisca. Y parece tan impresionada con sus palabras que abre muchos sus ojos.

Hermosa Condena (Libro #1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora