Recordando el pasado

1.7K 95 4
                                    

.

—¿Una entrevista de matrimonio? — Dijo una voz que perfectamente conocía, provenía de la mesa que se encontraba tras el muro. Me senté en la mesa del lado contrario para no ser vista. Estaba en la cafetería del hospital. Mi tío había tenido un un preinfarto, estuve un rato con él, más que nada para hacerle compañía a su hijo, pero luego de un rato había desaparecido. Se me ocurrió ir a comprarle algo de comer, pero no creí que me lo encontraría aquí. Irie soñaba molesto, esto no me gustaba.
—Este... — Balbuceó el otro hombre, uno de los empleados de mi tío. — Hay algunas dudas serias en cuanto a la credibilidad de nuestra administración. Por el ataque cardiaco del presidente, las negociaciones con el otro bando están en riesgo. —
—En resumen. ¿Todo esto beneficiaría a la compañía de mi padre? — Oh no. Por favor que no sea lo que estoy pensando.
—Si. Si es posible. ¿Podría asistir a una reunión formal por esta vez?— Por favor Irie-kun ¡No aceptes! ¡Di que no! ¡No te puedes casar con una mujer que no amas!
—Ok. La conoceré— No... Irie... ¿Como pudiste?

.
.
.

—Por favor. Prosiga con ello.— Cuando entre a casa lo vi en la estancia hablando por teléfono en tono formal. ¿Como lo podría volver a ver a los ojos después de espiarlo en su cita de forma tan descarada? Esta bien, Matsumoto-san también tuvo algo que ver, pero estuvo mal. Qué vergüenza.
Esta tarde seguimos a Irie-kun y tratamos de arruinar su cita con esa chica inglesa, pero fue un desastre. Bueno para ellos no, fue la cita perfecta. Nosotras dos fuimos las afectadas, maldito karma.
—Oye.—
Salté asustada. Me había quedado tan absorta en mis pensamientos que ni siquiera note que Irie había colgado el teléfono.
—¿Donde sacaste esa ropa?— Lo sabía, me pilló. Ni rostro comenzó a tornarse rojo y comenzó a balbucear. Ninguna excusa coherente vino a mi mente. Al no recibir respuesta se dio media vuelta, caminando hacia su habitación.
—¡Oye, Irie-kun!— Se detuvo a media escalera, pero ni siquiera se volteó a mirarme.
—¿Que?—
—¿T-te vas a casar con ella?— Pregunté temiendo la respuesta. Solo esperaba que dijera que no. Que todo esto fuera una broma. Que dijera que todo este tiempo me amaba solo a mí. Lo deseaba con toda mi alma.
—Quizás.— Y se fue, dejándome sola. Pude escuchar a mi corazón romperse.

.
.
.

— Ya veo ¿Entonces esta progresando?— Solo asentí con tristeza, le conté todo lo que había pasado a Matsumoto-san. Nos encontrábamos en la cafetería de la universidad, últimamente éramos mas unidas. Oh bueno, nos soportábamos más. En otras circunstancias eso me hubiera agradado. — Aah. Si alguien me iba a robar a Irie-kun, habría preferido que fueras tu. —
La miré con sorpresa, ¿Enserio ella pensaba eso?
—¿No te hace enojar?— Continuó hablando. —¿Que una persona perfecta llegue y se lo lleve?— Si, me molestaba y mucho, me hacia rabiar. Me hacía enojar lo mucho que me esforcé y que haya sido en vano. —Ademas, siento que perdí con esa tal Chris sin siquiera haber tenido oportunidad de pelear. Y en ese punto tu dedicación es lo único que no puedo hacer nada mas que aprobarla. —
Lo que me molestaba más, es que no podía odiarla. Chris es una chica bellísima, tanto por dentro como por fuera. Se merecían el uno al otro, lo acepto. Yo no tengo nada bueno que ofrecerle a Irie, no valgo nada.
—Honestamente... — Dijo poniéndose de pie. — Merecemos terminar con los corazones rotos ¿No es así?— Se despidió y caminó saliendo de la cafetería.
—Corazones rotos ¿eh? Supongo que no puedo hacer mas que admitir la derrota— Susurré . Tal vez perdí al amor de mi vida, pero gané una amiga. Trate de convencerme de esto ultimo, imaginándolo el lado bueno de las cosas. Tratando de hacer esto menos doloroso, pero era imposible.
Mis pensamientos fueron interrumpidos por el sonido de mi celular.
— Kin-chan.—

Las Cosas CambianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora