Cambiando el rumbo

2.4K 173 107
                                    


— Mami, ¿Cómo se enamoraron tú y mi papi? — Su voz cantarina preguntaba con picardía. Mis dedos se deslizaron con delicadeza por una castaña cabellera, peinando a la pequeña que se encontraba sentada en mis piernas. Era imposible verle el rostro debido a su posición a espaldas a mí.

—B-bueno... nuestra historia es un poco complicada. —Respondí con nerviosismo. Ni siquiera respondí a voluntad, mis labios se movieron solos. Pero mi tono de voz me decía que tenía que adornar la realidad, porque era lo más correcto. — Verás, mamá y papá al principio solo eran amigos, nos atraíamos pero solo teníamos una relación de amistad, y hasta que papá se confesó a mamá ella se dio cuenta de que amaba a papá. —

—Wow mamá ¡Que romántico! Y le dijiste que si ¿verdad? — La niña giró la cabeza y me miró con sus enormes ojos grises, estos brillaban con ilusión. La pude reconocer, pero no se dé donde. — Cuando crezca quiero tener una historia de amor como la tuya. —

—Solo prométeme algo. — Me miró con curiosidad. — Nunca dejes que alguien más te trate mal, por muy enamorada que estés de esa persona. — Recordé toda mi historia con Irie. Como nadie me dio un consejo así cuando era niña.

— ¡No señor! Cualquiera que me diga tonta le pegaré. — Dijo golpeando su puño con su palma, reí por su actuar.

—Esa es mi hija, igualita a su madre. —Sus mejillas se sonrojaron tiernamente. Con asombro, sentí como me rodeaba con sus brazos, y de forma involuntaria, la rodeaba con los míos.

—Soy tan feliz de parecerme a ti, te quiero mucho, mami. — La apreté con fuerza, aspirando su dulce olor a manzana.

—Y yo a ti, Ko-...—

.

.

.

Abrí mis ojos. Noté un ligero ardor en ellos y un recorrido de lágrimas recientes hasta mis mejillas. Sequé la humedad que incomodaba mi rostro y me senté. La cabeza me dolía a horrores, pero era algo que siempre me pasaba. Eran las 7 de la mañana, últimamente Morfeo me premiaba con más horas de sueño. Solo que esas horas incluían esos extraños sueños, seguidos de una horrible jaqueca.

Ese sueño me había causado un extraño sentimiento de melancolía, y casi cada noche desde hace tres meses este se repetía. Al principio no había imágenes, solo escuchaba la dulce voz de esa niña, luego poco a poco pude ver siluetas, colores y formas, materializándose cada escena como si fuera una película que se va desempolvando poco a poco. Esta noche pude ver todo con claridad y sentirlo como si lo estuviera viviendo en carne propia. También pude alargarlo más, casi logro escuchar el nombre de esa dulce niña. Sentí como una lágrima descendía por mi rostro, involuntariamente llevé mis manos a mi vientre. No es justo.

Me puse de pié con rapidez, no quería dejar que la depresión me inundara de nuevo, no ahora que ya casi lo estoy superando. Caminé por todo el pasillo hasta el baño, mi pie el que me había lastimado en la competencia ya estaba casi sano, solo sentía ligeros calambres cuando lo forzaba mucho.

Entré a la ducha y dejé correr el agua hasta que se hizo helada. No me importó que Irie se molestara por tardar tanto. Incluso ignoré su enfadado rostro cuando salí del baño, hoy no estaba de humor para pelear con él. Me encerré en mi habitación y me puse mi uniforme. También preparé una maleta con mi uniforme de prácticas de artes marciales. Después de que Lee se ofreciera a incluirme en su club, me uní rápidamente. Pero después pasó lo del día deportivo y estuve ausente un tiempo. Hoy volvería al club y desquitaré muy bien el mal humor con el que desperté.

Dí un último vistazo a mi apariencia de puberta y casi me deprimo más. Así me vería toda mi vida, se que la adultez no me agraciaría. En aquellos tiempos pensaba que con la edad mejoraría, pero ya me he visto de adulta y sigo igual de fea. Una niña que nunca será una mujer. Toqué mi cabello, era de lo único que me sentía segura conmigo, lo había heredado de mi madre. Me hice una coleta alta y me maquillé ligeramente, resaltando mis labios con un color rosado. Sonreí. Tal vez no es mucho, pero mi moral estaría un poco más alta, no me veo tan mal.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: Jan 05, 2018 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

Las Cosas CambianDonde viven las historias. Descúbrelo ahora