... Me desperté a la mañana siguiente y al mirar las notificaciones vi que había nuevos mensajes en la bandeja de entrada. He ahí su respuesta:
"Seguimos por teléfono 6********"
Lo añadí rápido e inquieta a la agenda y me presenté. Hablamos primero de datos básicos como el nombre, situación laboral, disponibilidad, edad,... Él tiene 43 años, lo que para mí no supuso ningún problema. A partir de ahí estuvimos hablando a lo largo de la mañana y parte de la tarde de diversos aspectos sexuales como preferencias, fetiches, límites, experiencias anteriores, tiempo en el mundo BDSM, etc. Siempre respondía tan respetuoso y paciente... eso fue una de las primeras diferencias que vi con otros doms; muchos con intercambiar 10 frases empiezan a hablar, preguntar u ordenar como si fueses la sumisa más entregada del mundo con su amo de toda la vida, como si de por sí, por su rol debieses obedecerles sin más. A veces, sin tan siquiera tener en cuenta concretas circunstancias personales o momentáneas... En fin, egoístas, niñatillos oportunistas que entienden las relaciones de D/s equivocadamente, deshaciéndose de cualquier responsabilidad que implique el cuidado y atención de su sumisa, buscando su mero placer.
Creo que es importante ser selectiva a la hora de buscar un Amo, porque no cualquiera siente esa condición de manera auténtica y responsable, y eso es primordial para que haya una relación y un desarrollo sano y placentero.
Mi Amo me dio un nombre falso (cosa que yo no supe hasta una semana más tarde) para que su nombre real no estuviese rulando entre personas que puedan ser indiscretas que vienen y van, me dijo que llevaba bastantes años practicando BDSM y que no sabe contar cuántas sumisas ha tenido, pero que con real importancia y duración, fueron sólo tres. A mí todo lo que me decía y cómo lo decía me parecía muy bien, su modo de expresarse me atraía, siempre parecía sincero y directo, pero no borde, cosa que me impulsaba a tener curiosidad por verle y saber si llegaríamos a alguna parte. Tras unas horas me propuso quedar y tomar una cerveza esa misma tarde para continuar la conversación cara a cara y no prolongar las cosas innecesariamente. La verdad es que me pareció lo mejor, ya que no quería perder el tiempo con alguien que finalmente no llegue a atraerme, sea cual sea el motivo, así que acepté y, en conclusión, concretamos una hora en un sitio supuestamente a medio camino de ambos según me dijo donde vivía, lugar que tampoco resultó ser verdadero y que también me desveló con su nombre real.
Tuve problemas para llegar a mi barrio desde donde me encontraba ese fin de semana y se lo dije con tiempo, a lo que no me puso ningún reproche y para reducir el retraso, me ofreció recogerme en coche donde yo le dijese para ir a una zona periférica del centro de la ciudad a tomar algo. Acepté y le hice estar a las ocho a unas calles de mi casa.
Fui con bastante prisa para llegar a tiempo. Una vez en mi casa, con 15 min para estar en el sitio, me cambié de ropa, me peiné un poco, me lavé los dientes, me puse mi collar y para terminar, unas medias bastante rotas bajo mi falda, sin nada más debajo... No sabía cómo era él físicamente, lo que le apetecería, lo que me apetecería, ni cómo se desenvolverían las cosas, pero de nuevo no tenía nada que perder, nadie iba a enterarse y me hacía sentir más lista para la ocasión. Salí de mi casa a 3 min de la hora...
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Su pequeña
Non-FictionAquí contaré de forma anónima y libre experiencias reales con mi primer y actual Amo... Pienso que puede ser una buena guía para aquellas personas que sientan la sumisión y estén empezando a investigarla y a buscar aquella persona que le haga explot...