Antes de que Él saliese le pedí que no se pusiese colonia o perfume. Para mí la atracción no se basa sólo en un aspecto físico ni de lejos, y teniendo en cuenta sus 43 años tampoco estaba esperando un hombre hiper atractivo y excéntrico a la hora de vestir. Para empezar, es muy importante el aroma natural que una persona lleva impregnado y desprende para mí. Complementado con la voz, los gestos y modo de hablar, es lo que primero debe llamarme la atención, embriagarme.
Estaba llegando a la zona donde me dijo que había aparcado, y todos los nervios y dudas que habían estado siendo reprimidos por las prisas empezaron a salir como el modo en el que empieza a caer un diluvio con la ráfaga de aire frío definitiva. Me encontraba realmente abrumada por la situación y empecé a tener un calor sobre humano. Le vi de lejos y al acercarme levantó los ojos de la pantalla del móvil y me miró, en cuanto lo hizo le saludé con la respiración contenida intentando aparentar tranquilidad. Terminamos de saludarnos y nos metimos en el coche rápidamente. Entonces me preguntó ¿Estás nerviosa?, yo con una leve risa de resignación y desahogo le respondí que sí, lo estaba, bastante, y sin darle mayor importancia empezó a hablarme con normalidad, a sacar conversaciones nada forzadas y ciertamente, con el paso de los minutos, temas interesantes. En poco tiempo nos encontrábamos charlando tan relajadamente. Bueno, yo escuchaba más que hablaba porque aún no era capaz de pensar con claridad y se mantenía la calor de mil demonios, aunque ya no tenía la presión en el pecho que me molestaba al contestar.
Llegamos al bar-cafetería donde tomaríamos la cerveza. Al llegar a la puerta, la abrió y se apartó para que entrase delante suya. A veces, cuando yo no le miraba, notaba su mirada clavada en mí. Llegué hasta la barra con él y pedimos lo mismo, nos sirvieron y antes de que pudiese sacar la cartera ya estaba pagando Él, cosa que le agradecí; soy estudiante, no demasiado solvente, y no desprecio precisamente que alguien tenga ese gesto conmigo. Mientras guardaba el cambio, miró alrededor en silencio, con atención, y anunció que iríamos fuera para conversar, ya que dentro había un ruido de música ambiente moderna muy molesto. Así lo hicimos y nos sentamos en la mesa más apartada de los pocos clientes que estaban fuera como quien no quiere la cosa, conscientemente; ya me había comentado la discreción que quería en cualquier circunstancia y lugar. Yo me senté en frente suya y continuamos la conversación que traíamos desde el coche, que cada vez iba mutando en más y más ramas, prolongándose así cosa de una hora más. Cuando íbamos en el coche me advirtió que si en algún momento no me sentía cómoda, veía que en cualquier sentido Él no me gustaba y no me apetecía continuar o me cansaba, cualquier cosa, se lo dijese libremente, sin necesidad de una explicación, y Él me llevaría de vuelta o acompañaría a donde hiciese falta. Pero no fue necesario en absoluto, supo cómo manejar la situación y hacerme sentir que todo era lo más natural del mundo. Además no era simplemente eso, ¡disfrutaba de verdad de la conversación!. Mi Amo es una persona muy cercana a la cultura, interesada en el arte, literatura, cine, música, política, informática,... Hablando con Él no sólo disfruté -y disfruto- de su intelecto, sino de la clase de mente y espíritu inquieto que es evidente por su simple forma de ser y desenvolverse y que poco a poco se va descubriendo más. Eso fue otro aspecto muy a favor; anteriormente ya había intentado algún tipo de relación sexual prolongada, también de D/s, con personas sin ningún tipo de interés por lo sensible o artístico, y en las que no veía esa inteligencia, ese intelecto, esa mente activa y nutrida de la que aprender y nutrirme yo, y siempre resultaron inevitablemente cortas y fallidas. Mi lívido muere con personas planas y puramente prácticas; no creo que me pase sólo a mí, pero necesito que mi Amo sea una persona que pueda admirar, que tenga aspectos de su persona que me fascinen, y con el que tener conversaciones chispeantes. Llegados a cierto punto de la conversación interrumpió la línea y empezamos a hablar de lo que realmente habíamos venido a hablar -porque parecía imposible que la conversación que llevábamos de largo fuese a acabar sin más-.
Él me aclaró que no es el tipo de dom que cada x tiempo te cita en un lugar para una sesión y que no mantiene mucho más contacto, sino que le gusta saber de su sumisa, de su vida, estar implicado con ella y en cierto modo, sin perturbar su rutina y su día a día, meterse dentro, rellenar los huecos de aburrimiento, soledad,... Vernos varias veces a la semana y que también haya ocasiones en las que la intención no sea sexual, simplemente pasar el tiempo juntos para hablar. Cubrir todas las necesidades y aspectos de la otra persona y de la relación en sí, es para Él igual de importante que usarme sexualmente, para conseguir una complicidad, una armonía, confianza, entrega total. Pero que evidentemente exigía una seriedad y un interés, que la otra parte no se lo tomase a cachondeo, porque no está para perder el tiempo si lo que quiere es algo prolongado y estable.
Yo por mi parte, estaba encantada. Necesitaba un Amo que estuviese cerca de mí, alguien que me hiciese llegar a límites que no imagino y me cuide como si fuese lo más delicado del mundo cuando fuese necesario, sentir la presencia y la mirada continua de mi Amo sobre mí aunque no esté presente, vigilando y acompañando mis pasos. Que aceptase la necesidad de complacer, una entrega total por mi parte y, la agradeciese con su respeto a los límites, su atención y su protección.
También me preguntó si tenía pareja por si las marcas podían ser un problema, a lo que respondí que no. Con eso di por supuesto que Él tampoco tendría pareja, con lo que me equivoqué; lleva tres años de relación con alguien y viven juntos. Me preguntó si podría suponer un problema. Me surgieron mil preguntas e inquietudes acerca de ese tema, pero como aún no había cierta confianza y es algo complejo, le respondí que me importaba en la medida en que eso le ocupase tiempo y requiriese su atención, y por ende, privase de disponibilidad para mí. Me aseguró que no sería ningún problema, y que exceptuando las responsabilidades básicas como el trabajo o compromisos familiares, nada sería una traba, así que me di por satisfecha por el momento, aunque para mí la idea no era idónea...
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Su pequeña
Non-FictionAquí contaré de forma anónima y libre experiencias reales con mi primer y actual Amo... Pienso que puede ser una buena guía para aquellas personas que sientan la sumisión y estén empezando a investigarla y a buscar aquella persona que le haga explot...