Capítulo 5: Primera obra

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La fractura de mi nariz ya estaba casi sanada, tuve que mentirle a mi mama con la clásica excusa de caerse en las escaleras, no se si me creyó o no, por suerte no indago en muchas especificaciones. A los dos días regrese al colegio, hubiese sido fantástico quedarme mas tiempo pero mi condición académica no me lo permitiría.

Faltaban 20 minutos para iniciar las clases y no había mucha gente, por alguna extraña razón el salón estaba casi vació, solo habían unas cuantas mochilas incluyendo la de Samantha, pero no la encontraba por ninguna parte. Salí y la empece a buscar por toda la escuela hasta que la vi en el 4to piso recostada en la barandilla observando el horizonte.

  — Mmm, Hola Samantha. 

Ella se voltio y apenas me vio sus ojos se le iluminaron, puso su característica mirada divertida seguido se abalanzo sobre mi con un fuerte abrazo.

  — ¡Kayle llegaste!, ¿como te encuentras?, ¿tu nariz ya se recupero?, ¿no te duele nada?

— Estoy bien...solo...suéltame me estas lastimando— asumo que el practicar capoeira le da una fuerza increíble.

— Ups, perdón.

Me soltó, pero su expresión no cambio, esa mirada eufórica, ¿como podía siempre estar así?. aveces sentía envidia por esa felicidad excesiva que expresa.

— De verdad me alegro de verte, tenia miedo que te hubiese pasado algo grave.

— No te pases, solo fue un golpe, cambiando el tema ¿como termino lo de Trevor y Robert?

— Bueno, Robert y Trevor están suspendidos, lo bueno es que ha Trevor le dieron cartulina amarilla.

— ¿A que te refieres con eso?

— Por favor Kayle, en el fútbol si te sacan cartulina amarilla a la siguiente vas fuera.

  — ¿No podías decirlo de una forma mas clara?

— Cualquiera hubiese entendido, tu eres el raro que no la capto.

— Ja, gracioso.— dije de forma sarcástica. 

Por lo menos Trevor tuvo su merecido, lastima que mi amigo se vio envuelto en algo que no tenia que ver con el. Samantha me toco el hombro para sacarme de mis pensamiento para avisarme de algo, cuando levante la mirada vi lo que era, la chica mas popular de la escuela se acerca hacia nosotros, la dichosa "Emperatriz Voulter". Cuando estuvo frente nosotros me miro de arriba a abajo como si fuera la cosa mas insignificante del mundo para después dirigirse hacia Samantha con una sonrisa inocente.

  — Tenia muchas ganas de conocerte Samantha Leite, como ya sabes yo soy Patricia Voulter, perteneciente a la familia Voulter.

— Disculpa pero, ¿quienes son los Voulter?

Tuve que aguantar una gran carcajada, le dieron un golpe justo en el orgullo a esa creída, se notaba que se estaba reteniendo de hacerle saber de el gran acto de ignorancia que había cometido, pero por las simples apariencias se contuvo manteniendo una sonrisa ahora notablemente forzada.

— Es normal que no nos conozcas, después de todo eres nueva...Los Voulters somos los dueños de esta gran institución y co-fundadores de la prestigiosa academia de danza Mcgerry.

Con cada palabra que iba soltando su ego iba creciendo, ella seguía parloteando pero Samantha ya no le estaba prestando atención, me miro y hizo una sonrisa burlona. Cuando termino de hablar Samantha realizo una reverencia mal hecha a propósito mientras le decía de manera sarcástica:

— ¿Cómo yo, una simple plebeya soy digna de apreciar su magnificencia o mi Lady?, por favor no gaste mas su melodiosa voz en alguien como yo, no me lo merezco.

Sueños de AcuarelaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora