He

5.4K 529 85
                                    

No era su mejor momento, pero recuerdo haber pensado que era hermoso.

No era idiota.

Jean Jacqes Leroy no era idiota, pero tal vez si un poco impulsivo. Y sabia que cuando el rubio le había pateado las pelotas y advertido que volvería a hacerlo si se atrevía a robarle un beso de nuevo, hablaba en serio.

Sin embargo no era la impulsividad lo que hacía a JJ una persona reconocida, sino su perseverancia. Es así que se mantuvo cerca del rubio durante todos los días de la competencia coqueteandole sutilmente, según él, claro está.

Aunque para el resto del personal ahi presente, las rosas y el pastel sobre la mesa con un gigante "Llámame" hecho de fondant  no se parecía en nada a ser sutil.

Pero bien, esa había sido la estrategia de conquista elegida por el gran rey. Y el resto no podía negar que se trataba, sin duda, de un gran y divertido espectáculo.

Una vez la competencia acabó con nada más que él en primer lugar y el pequeño rubio en segundo, Jean sabía que su posición en cuanto a gustarle al tigre ruso se refería no era demasiado buena.

Así pues termino despidiéndose de él con únicamente un apretón de manos, y eso porque en realidad Plisetsky ya tenia algo de miedo de tener algo más de contacto físico con su para nada discreto contrincante.


Sin embargo es bueno aclarar que a JJ también se le reconoce por tener una buena percepción y por seguir su instinto con buenas decisiones.

Y es por esto que al ver el semejante espectáculo que Viktor Nikiforov y su pupilo habían dado en la copa de china se dispuso a tomar un vuelo hacía Rusia incluso antes de lo que tenia planeado.

°^°^°^°^°

La tenue iluminación parecía ir perfectamente con su estado de ánimo. Mila se haba encargado de llevarlo a casa hace apenas unas horas y mientras ella estaba ahí, aunque él no se lo dijera le hacia sentirse cálido. Sabía que ella estaba más por acompañarlo que por "hacer tiempo" antes de su cita, tal y como ella aseguraba.

Pero si algo no podía permitirse Yuri Plisetsky es demostrar que era frágil ante los demás.

Cuando Mila se había marchado el apartamento había regresado a su frialdad original, y él, envuelto en sus sábanas estampadas del más bello animal print, se había recostado con la música sonando desde el computador a nada más que mirar el techo. En su cabeza las imágenes de la TV se reproducían una y otra vez, mientras la voz de Viktor se encargaba de recordarle que era un fracaso.

"Él nunca tuvo fé en mi"

Maldita sea la hora en la que confío en que ese viejo calvo cumpliría su promesa.

Y se rompió de nuevo,como lo hacia siempre que ya era demasiado para él. En medio de una fría habitación Yuri Plisetsky se abrazó a si mismo y lloró sus frustraciones, ignorando casi por completo el sonido del timbre.

Una vez, dos, tres: no importaba.

Cuatro, cinco, seis: tarde o temprano esa persona se iría.

Siete, ocho:...

Nueve y un diez a punto de suceder: Yuri Plisetsky estaba harto.

Se levantó lleno de frustración transformada en furia, dispuesto a descargarlo en quien fuera la persona que estuviera tocando el timbre.

Sin embargo, fue detenido por un café y una sonrisa.

Fuckin* Perfect [Editando] Donde viven las historias. Descúbrelo ahora