Recuerdo la ocasión que me dije a mí misma que nada de lo que otros tenían podía ser para mí; despreciaba constantemente el instante en que has de necesitar a alguien. Recuerdo que leía miles de páginas de libros deseando tener algo de ello pero volvía a caer en la realidad de que no era posible para mí. Prometí que no debía querer a nadie, que así nunca saldría herida y quizás mi orgullo se mantendría, luchaba como si mi vida dependiera de ello contra varios sentimientos que pudieran surgir. Pero todo eso cambió, cambió desde el instante en que unas bromas me hicieron sonreír y hacer sentir que todas mis barreras habían caído por ti.
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Recuerda
Historia CortaEn la cotidianidad de la vida te vas dando cuenta como la monotonía absorbe todas tus metas, aquellas que de niña esperabas que se cumplieran, pero ahora la realidad te demuestra que nada es sencillo. Por ello recuerda, recuerda tus esperanzas y tem...
