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Simón Pov's

Ámbar me había llamado diciendo que iba a venir hoy a mi casa, yo por mi parte estaba loco. No se si a ella le iba a gustar la simplicidad de mi casa, y de mis papás, que todo acá no es con lo que ella esta acostumbrada, que nosotros somos de una familia humilde.

¿Y si a ella no le gusta lo mamá le va cocinar? ¿Y si ella no tenga el valor de entrar a mi casa porque no es una mansión?

Todas esas cosas me aterraban. Ámbar es una chica que esta acostumbrada con lujos, creo que jamás en su vida haya pisado en una casa simples. Puede ser que ya vio, pero no haya entrado.

Hoy cuándo hablé con ella estaba con la voz muy apagada, cómo si algo le tenía pasado. Le pregunté pero ella me dijo que cuando la pasase a buscar me lo diría, pero tenía miedo de que querría hablar, ¿y si su madrina le dijo algo sobre sus verdaderos padres? Yo mataría a esa vieja, que solo tiene jaqueca, si ella le hizo algún daño a mi rubia.

— Hijo, ¿qué estás pensando? — me preguntó mi mamá. Yo me encontraba en el sillón con mi mamá, ya que papá había salido para comprar algo que mi mamá le pidió.

— En si a Ámbar le va a gustar lo que tu le esta preparando... — solo había omitido algunas cosas que yo estaba pensando, no había mentido.

— Tranquilo, hijo — mamá me sonrió y puso sus manos en mi hombro — si a ella le gusta de verdad, no le importará lo que vos tiene o no — mi mamá siempre tratando de tranquilizarme.

— Pero... — pasé la mano por mi nuca un poco nervioso — tengo miedo — confesé a mi mamá.

— ¿De qué? — me preguntó sentándose a mi lado.

— De que después ella no me quiera más, de que quizás piense que la vida de ella sea así también, y... — mi mamá empezó a reír. Ahora mamá e volvió loca, ¿no?

— Hijo, basta — paró de reír — por lo que me dijiste de esa chica... — ella pensó en que palabras decir — ella me parece un poco presumida y mimada, pero ¿qué millonaria no es así? — reí un poco — pero me dijiste del corazón que tiene ella. Por lo que me dijiste ella te ayudó en el momento más difícil de su vida — ahora yo estaba con una sonrisa nostálgica, no era bien así — si a ella le importase solo el dinero, ¿creés que se iba aproximarse de vos? — me preguntó con una gran sonrisa.

— Pero no se... Su madrina le dijo que yo no le tenía nada que ofrecer... — mi mamá volvió a interrumpir me.

— Esa mujer no debe tener un idea de lo que es el amor — dijo mamá — el amor no procura el dinero, simplemente tiene que ser verdadero. ¿De qué vale tener dinero y no tener el amor?

Mi mamá tenía razón, sólo no sabia si Ámbar pensaba lo mismo.

De pronto sentí mi celular sonar, miré la pantalla. Ámbar. Le contesté.

Llamada on.

Hola, guitarristaella dijo con la voz un poco más alegre.

Hola rubiareí, y escuché cómo ella también soltaba una risa.

Ya puede venir a buscarme, ya me arreglé — dijo, y noté en su voz que ella estaba nerviosa.

Corazón Roto  [A Editar]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora