01.

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Los rayos del sol empezaban a disminuir, dejando así un anaranjado majestuoso que pintaba los cielos, un timbre resonó por el instituto así indicándoles la hora de salida.

Jungkook sacaba sus pertenencias del casillero, guardando estas en la mochila negra que cargaba, asegurándose de doblar su uniforme de natación antes de colocarlo dentro. Tenía que irse lo más temprano posible, pues ya le había prometido a su abuelo que cuidaría de su tienda, una relojería, debido a que él lamentablemente estaba enfermo.

— ¡Kookie! —

Una bolsa se estrelló contra su cabeza y no se contuvo para dejar salir un quejido, volteándose para ver a aquel pelinaranja sonriente al que la situación parecía demasiado graciosa.

¿Qué quieres Hoseok? — El dicho chasqueó la lengua y cuando estuvo junto al menor le pegó el costado haciendo que este diera pasos hacia una dirección desequilibrado.

Tch, soy tu hyung. — Cruzó los brazos y lo miró con fingida molestia. — Olvidaste tu gorro en la piscina, mocoso.— Jungkook ahora tenía la bolsa que había impactado en su cabeza, tomando el gorro dentro y guardándolo en la mochila.

Dio una reverencia al mayor así dándole las gracias, colocó la mochila por su hombre decidido a irse de una vez. — También llamaron tus padres. — Informó el pelinaranja, rascándose la nuca, con una sonrisa con la que intentaba reconfortar.

Jungkook no se giró, sólo alzó la mano y hizo un movimiento de negación con esta dandole menos importancia al asunto, sabía lo que significaba la llamada así que sólo caminó fuera de allí yendo a la salida.

Sus superiores en el club de natación le tenían lástima, el lo sabia. A pesar de ser el hijo envidiable por las señoras de la vecindad, sus papás no le reconocían sus logros, es más, no iban a los torneos que el tenía. Ellos querían un abogado que continuaría con el negocio de la familia, no a un niño al que le gustaba jugar con agua, o así lo describían.

A él no le podía importar menos pues para eso estaba su hermano, para llenar el lugar que se supone que él debió de haber tenido como el más mayor de los dos. Por esa razón se fue con sus abuelos, desde pequeño los había considerado sus segundos padres y los quería demasiado. Ellos habían recibido a jungkook a los dieciséis años más que gustosos, dandole el espacio que tanto necesitaba.

Empujó el gran portón que daba hacia la salida del instituto, pero antes de hacerlo se giró, entrecerrando los ojos mientras que buscaba a la mirada que había sentido hace segundos.

Y quizá, sólo quizá había visto una cabellera rubia.
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Primer capítulo, sé que estuvo hecho con las patas pero quería subir algo <?> en el próximo empezará del punto de vista de Jimin.

Si leíste hasta aquí, te mereces unas galletas maría uwu.

- Hayley.

カッコイイ.「 KookMin 」Donde viven las historias. Descúbrelo ahora