Capítulo III

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Todas las dudas se hicieron a un lado, tengo a alguien que me reconoce y es mi propio hijo del futuro. Todo lo físico cambia pero la esencia es la misma. Una mezcla de alegría y emoción se apodera de mí. No se que hacer. Tengo tanto que saber...


- ¿Cómo me hallaste?

- Soy agente de policía y el sujeto que te interrogó es un compañero de trabajo del departamento. Él creía que estabas loco o algo así por el golpe pero cuando me contó toda la historia, me di cuenta que una vez también fue mi historia. Al principio dudé si era verdad. Le pregunté dónde estabas y aquí estoy. No mentía.

- No pude despedirme, no esperaba que me aceptarían de inmediato, el tren llegó y sólo tuve tiempo de subirme. Lamento haberte hecho pasar por tantas cosas.

- Tranquilo, no fue tu culpa. A poco más de dos meses de haberte ido tocaron el timbre de la casa. Dejé a un lado lo que estaba haciendo y bajé las escaleras. Mi madre se adelantó y abrió la puerta. Afuera se encontraban dos soldados que dijeron unas palabras que no las olvidaré jamás: 'Ivor Kulikov está muerto'.

- Qué?

- Se que no debo contarte esto.

- Sigue

- Bueno, aquellos hombre continuaron diciendo: 'Detectando una mina enterrada explotó sobre él. El impacto fue tan fuerte que no encontramos restos de su cuerpo. El ejército no se hará responsable de la pérdida ya que se considera desaparecido en combate. Mi más sentido pésame'.

- Y luego que?

- Nada, nos rehusamos a creer su historia. A decir verdad ni ellos se creían. Teníamos la certeza de que volverías algún día. Luego fue pasando el tiempo y nadie regresaba, ahí perdimos las esperanzas.

- Mencionaste a tu madre. Dónde está ella ahora?

- Es difícil porque no se encuentra aquí.

- Sigue viviendo en Moscuhá?

- No, ella murió hace siete años.

- Dime que no es verdad.

- Desearía que nunca hubiese ocurrido. Lo siento muchísimo. , como lo que te va suceder a vos si no salimos de este lugar

- Cómo seguiré ahora. No me gusta este futuro.

- Tu no perteneces aquí. Siempre se puede cambiar. Hallaré la forma de hacerte regresar.

- Entiendo

- Tienes que salir de este lugar. Agarra tus cosas y vámonos. Estás en un grave peligro.

- ¿Qué me va a pasar?

- No puedo contarte ahora. Ven te quedarás en mi casa.

- Pero... ¿y si alguién pregunta?

- Nadie sabrá que te fuiste. No hables con nadie. En caso de que alguien te pregunte, solo dices que fue un accidente. Te encontrabas en un bar y habías bebido de más y ahora recuerdas lo que pasó esa noche. La historia de la persona por la que te hiciste pasar la escuchaste en una conversación que tuviste con el cantinero y con el golpe te sentiste confundido, no pudiendo recordar quién eras.

- Por qué debo mentir?

- Simplemente porque te van a matar ¿entiendes? Ahora junta tus cosas.


Sin pensarlo más, agarro mis cosas y lo sigo, él camina muy apresurado. ¡Ya, camina más rápido! me dice. No comprendo que esta pasando. Por que alguién me quiere matar. Recorrimos cinco pasillos en total: giramos dos veces a la izquierda y luego 2 a la derecha. Seguimos con el último que es el más largo de todos. Parece que nunca acaba.

En ese momento Christopher que va más adelante que yo, gira y dice que me esconda, abre la puerta donde se guardan las cosas de limpiezas y me empuja hacia dentro cerrándola. Por un pequeño hueco de la cerradura, donde se coloca la llave, puedo ver un hombre bastante alto, vestido con un chaqueta marrón larga y zapatos negros. Además lleva puesto un sombrero. Escucho lo que dicen. El sujeto le pregunta si sabe alguna información de un supuesto viajero. Veo que trae un arma encima. Christopher responde que no ha sabido nada más. Va a seguir buscando y cuando lo encuentre lo matará.

El sujeto siguió caminando y cuando se alejó lo suficiente, Christopher abrió la puerta. ¡Rápido sal de ahí! me dice. Corrimos y llegamos por fin afuera, en el estacionamiento del hospital. Cuando levanto la cabeza no puedo creer lo que veo. La ciudad es increíble. Los rascacielos giran sobre su propio eje. Las calles están señalizadas con realidad aumentada. Todo está construido de acero y cristal. La vegetación cuelga de los edificios. Me subo al automóvil y acelera. Cómo iba a tanta velocidad estaba seguro de que el vehículo comenzaría a volar, pero sigue estando en el suelo. No ha cambiado mucho. Llegamos a la puerta de la casa que contiene un sensor de iris que sólo se puede abrir con su dueño. Entro y se encuentra todo oscuro. Enciende las luces y me entrega una bebida artificial en un comprimido. Parece que recuperaron el buen sabor los alimentos. Me siento en el sillón y se enciende una imagen en la pared donde mostraba la cobertura en vivo de un noticiero. En el titular aparecía: 'Alerta Viajero del tiempo entre nosotros'. A continuación muestran a la reportera del canal y de fondo el lugar donde aparecí esa noche. 'El peligroso hombre fue atropellado y se cree que fue llevado al hospital de la ciudad. Se revisó el lugar esta mañana y no se encontraron rastros, es como si hubiese desaparecido. Aconsejamos a la población que nos informe si sabe algo relevante. El escuadrón policial está cerrando todo acceso y salida a la ciudad para que no escape. Es muy importante que sea capturado y ejecutado lo antes posible'.


- Ahora entiendes el porqué te saque de allí - interrumpe Christopher

- Entonces... soy un viajero del tiempo.

- Exacto. Por alguna extraña razón pudiste lograrlo.

- ¿Qué hice para que quieran matarme?

- Nada. En el año 2032 ocurrió un hecho que marcó a la humanidad como nunca. Una gigantesca llamarada solar envolvió a la Tierra, sobrecargando y destruyendo toda la tecnología que teníamos. No había energía ni tampoco nos podíamos comunicar. Luego de eso apareció la importante corporación NewAge Inc con la promesa de cambiar toda la situación de caos que se vivía. Se desechó todos los aparatos viejos y se cambió por nuevos mucho más seguros. A decir verdad cumplieron todo lo que habían prometido. Se halló culpable al viajero del tiempo de haber provocado la catástrofe. Cualquier pequeña perturbación en el tiempo puede desatar cosas más grandes impensadas.


De repente alguién se anuncia. Christopher corta la electricidad, quedando todo a oscuras e indica que me esconda detrás del sofá. Me tiro en el suelo. Estoy quieto sin poder moverme del miedo. Intento no hacer ningún tipo de sonido. Temo por mi vida. A decir verdad prefiero seguir en la guerra antes que estar siendo perseguido. Abre la puerta de forma despacio y alguien entra. Escucho sus pasos cada vez más fuertes. Trato de contener la respiración. La tensión se apodera de la situación. Entre la oscuridad de la sala veo una silueta negra que se acerca. Cierro los ojos. Se enciende la luz y los abro pudiendo ver su rostro. 




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⏰ Última actualización: Dec 12, 2016 ⏰

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El don del tiempo ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora