4. Los dos.

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   Iba a matarlo. Realmente lo haría.
  Bueno, quizá no realmente. No.

Pero sí estaba muy molesto -y avergonzado- cuando Yongguk le contó que estuvo, en parte, todo planeado. Porque además, había sido idea de Himchan inventar una salida con los menores y dejarlos a ambos en la casa, solos. Y no sólo había engañado a Daehyun haciéndole creer que se llevaría a los demás y lo dejaría disfrutar de una tarde fuera de su habitación, sino que también le había hecho creer a Youngjae que ellos no se encontraban cuando la verdad era que espiaban detrás de la puerta de la casa.

Se sintió usado, sí, pero eso no significaba que lo habían acorralado para que tomara una decisión. Y aunque así fuera, tampoco se arrepentía.

Estuvieron allí escondidos agudizando sus sentidos en caso de que la situación se tornara desastrosa. Cabe recalcar que, cuando Himchan olfateó el olor a sangre emanar del cuerpo de Youngjae, casi se precipita al interior de la casa para socorrer a su querido piel de porcelana y alejarlo de Daehyun sin importar qué, sin embargo fue atrapado por Yongguk quien le hizo notar que en realidad no era producto de un ataque sino de un accidente.

Youngjae estaba muy molesto con ese quien ahora discutía con Daehyun sobre qué cenarían esa noche, mientras sacudía un palo de madera de cocina por los aires ignorando las sugerencias del otro muchacho sosteniendo una sonrisa y tratando de llamar su atención.

Sonreía. Hacía tiempo no lo había visto ser así. Se veía tan... vivo.

– Youngjae.

La grave voz detrás de sus orejas le hizo dar un giro del susto. A pesar del tiempo todavía seguía sobresaltándose cuando el mayor de los convivientes lo llamaba tan de pronto.

– ¿Estás bien?

– Eh... ¿sí? –Youngjae respondió extrañado más con una pregunta que con una afirmación, pero es que aun era un tanto complicado todo el tema de ser dador–. Quiero decir, sí, estoy bien.

Yongguk se ubicó a su lado en el sillón, mirándolo de diferentes formas en distintas regiones de su cuerpo donde la piel era visible. Ante lo obvio, no le quedó más que preguntar.

– ¿Dónde lo hizo?

– El... ¿qué?

– ¿Dónde te mor-

– ¡Ah sí! –Youngjae sintió de pronto que su cuerpo se calentaba debido a la vergüenza, no lo había escuchado directo del mayor pero sería muy penoso oírlo decir 'morder' que prefirió detenerlo con una exclamación. Tendría que acostumbrarse y para eso, deberían darle tiempo– Fue en la mano, no se ve grave y casi pasa desapercibido.

Al ver las vendas alrededor de la mano de Youngjae, Yongguk creyó que la herida fue hecha en la palma, sin embargo observó que las marcas estaban en su muñeca y casi cicatrizadas.

Youngjae era un simple humano, sano, con el nivel normal y correcto de plaquetas en sangre adecuado para su anatomía, no comprendía porque dos punzadas en una zona tan sensible como la muñeca fuese capaz de cicatrizar tan velozmente, en el mismo día. Inclusive a Himchan le había demorado en sanar la primera vez que se alimentó de su sangre antes de que éste siquiera hubiese madurado, y en otra zona muy irrigada como el cuello.

– Youngjae, ¿cuánto tiempo permaneció unido a ti?

¿Es que no podía preguntarlo de otra forma? ¿O por qué Youngjae creía que eso sonaba por otro lado?

– Habrán sido tres minutos, o cuatro, no estoy seguro. ¿Por qué? –Se sintió en la obligación de preguntar. La mirada de Yongguk cayó sobre el alboroto de la cocina estrechando los ojos.

Bloodlust [DaeJae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora