03. "G-Dragon"

481 99 22
                                    

Finalmente, luego de unas ofertas, Chany y yo cerramos trato. Yo ya había "empacado" las cartas de amo Namjoon en una bolsa y la había sujeto a mi collar con ayuda de Chany. Ese gato pulgoso me ayudaría a ayudar a mi amo. Solo debía darle algunos datos.

-¿Nombre del sujeto?- preguntó él, creo que tenía complejo de gato detective.

-Seokjin, Kim Seokjin- le dije yo, creo que estaba igual de estúpido.

-¿Mascota?

-Sí, una gata.

-Uy, una gatita...- comentó olvidándose del objetivo, pero luego reaccionó y aclaró su garganta- ¿Nombre?

-Si no me equivoco... Se llama Baekhyun.

-¡¿Baekhyun?!- exclamó dando un salto.

-Sí, ¿por qué? ¿La conoces?

-¿Qué si la conozco? Viejo, ella es la gata de mis sueños- contesto con tono tan empalagoso que hasta me dio asco- Es la única en toda esta ciudad que me ha rechazado.

-Y eso te gusta.

-Me encanta. Ella se hace desear- dijo relamiéndose los labios.

-¿Debería sentirme mal por eso?- le cuestioné con tono celoso, aunque no lo estaba realmente.

-¿Qué? ¡No! Claro que no. Sabes que tú siempre serás mi favorito- me respondió guiñándome un ojo. ¡Este gato era un caso serio!

-Estoy bromeando. Sabes que lo nuestro fue solo un favor. Le haces esa clase de favores a muchos gatos, lindo.

-Esa es la diferencia. Yo no quiero que lo mío con Baekhyun sea un favor. Quiero estar con ella el resto de mis siete vidas. Tener gatitos y formar una familia peluda. Aunque a su amo no le agrade la idea de que su elegante y delicada belleza esté con un gato pulgoso de la calle- dijo algo desanimado y con las orejas caídas. Nunca lo había visto así. Chany solía ser el gato más alegre y positivo que conocía.

-Con más razón debes ayudarme. Piénsalo, si Seokjin lee las cartas se enamorará de Namjoon. Si se enamora de Namjoon, pasará tiempo aquí. Si él pasa tiempo aquí, Baekhyun pasará tiempo aquí. Y si ella está aquí, tú podrás visitarla seguido y hacer que caiga con tus encantos. ¿Qué te parece?- le dije con entusiasmo para animarlo un poco.

-¡Me parece que eres un maldito genio, Kim Suga!- exclamó lanzándose encima mío, lamiendo mi cara. Admito que me gustó.

-Dime algo que no sepa, cariño- dije riendo por las cosquillas que sus bigotes me hacían. Chany se quitó y comenzó a pensar. Me pareció extraño, ya que él no solía pensar.

-Bien... El otro día soñé con el pequeño "favorcito" que te hice...

-¡¿Qué?!

-Y cuando desperté, me follé una almohada.

-¡Chanyeol!- grité avergonzado. Y un silencio incómodo inundó la habitación.

-¿Quieres qué se repita?- preguntó luego de unos minutos, observando el suelo.

-En mi próximo celo si aún no estás con Baekhyun.

-Hecho.

Y así sin más, partimos nuestro viaje a la casa de Seokjin.

☆☆☆

Luego de caminar como una hora, llegamos a un callejón algo oscuro "para cortar camino", según mi compañero. No tenía miedo, claro. Solo caminaba detrás de Chany, ya que él me guiaba. Caminábamos en silencio, no uno incómodo sino uno de expectativa. Presentía que había algo por ahí, esperándonos. De un momento a otro, comencé a oír una respiración. No sabía de donde provenía, ya que parecía venir de todas partes. Hasta que la respiración se centró justo detrás nuestro. Chany también lo notó y paró en seco, yo con él.

-Cha-chany... ¿Qué es eso?

-No lo- ¿Quienes son ustedes?- Chany fue interrumpido por una voz gruesa y profunda, de esas que imponen respeto. Él y yo intercambiamos miradas, para luego dar la vuelta buscando al dueño de esa voz. Mis ojos se abrieron como platos al ver a un dóberman negro de pie en la entrada del callejón. Tragué con fuerza y oí a Chanyeol hacer lo mismo.

-Les hice una pregunta, chiquillos- al ver que seguíamos sin responder, el dóberman soltó un fuerte ladrido que me erizó el pelaje- ¡Quiero saber quiénes son!

-Tra-tranquilo, amigo. Mi-mi nombre es Cha-

- ¿Quién diablos eres tú para hablarnos así?- interrumpí a mi amigo quien estaba temblando. No permitiría que ese idiota nos asustara. El dóberman frunció el ceño.

- Mi nombre es G-Dragon y este es mi territorio. Ustedes, sabandijas, no deberían estar aquí.

-¿Disculpa? A mí nadie me dice que hacer- lo desafíe dando un paso en su dirección.

-¿De verdad?- río ese G-Trapo- Porque yo veo un lindo collar negro, con un lindo cascabel y una linda plaquita que de seguro dice "mascotita faldera"- volvió a reír en un ladrido que me enfureció.

-¿Cómo me llamaste? ¿"Mascotita faldera"? ¡Te informo que mi nombre es Kim Suga!- grité molesto.

-Su-suga, no... Harás que se enfade- me susurró Chanyeol por lo bajo. Me importaba un carajo.

-Escucha a tu novio, Kim Suga. No quieres que me enfade.

-Si quieres que me sienta amenazado, deberás esforzarte más. Yo no permito que cabrones como tú me intimiden. Te crees que porque eres grande y tienes una voz potente, puedas tratar mal a los demás. Pues déjame decirte algo, G-Torpe, ¡puedes besar mi felino trasero!- terminé arañando su nariz con mis garras. G-Dragon soltó un gruñido de dolor y se alejó un poco de nosotros. Con esto, Chany y yo aprovechamos para salir corriendo de ahí.

Mientras corríamos, oíamos los pasos de un dóberman enojado. Apuramos el paso y al llegar a un alambrado, pegamos un salto y lo pasamos, dejando a G-Dragon atrás. ¡Ganamos!

Al sentirnos nuevamente seguros, dejamos de correr en medio de una calle adorable donde no había mucha gente. Chany y yo teníamos la respiración agitada, jamás había sentido tanta adrenalina. Desafiar a un perro, insultarlo y arañar su nariz, no eran cosas que usualmente haría. Pero sin duda me había fascinado, aunque Chany aún seguía con cara de terror.

-Amigo... ¡¿Estás loco?! ¡¿Cómo vas a enfrentar a un puto dóberman de la calle?! ¡Eres un suicida! ¡Podría habernos comido como bocadillos! Dios... Y yo que creía que solo eras un gato de departamento... Resulta que tienes más barrio que yo... Me siento entre impactado, asombrado y decepcionado de mí mismo, un poco. ¡No puedo creer-

-¡Ya, Chany, entendí el punto! ¿Podemos seguir con nuestro viaje, por favor?- le pedí luego de inhalar y exhalar unas veces. Él imitó mi acción y se tranquilizó.

-Por supuesto.

Seguimos caminando por esa linda calle. No era muy consiente del tiempo que había pasado ya, suponía que serían como unas dos o tres horas desde que partimos del departamento. Por suerte, en la corrida no perdí la bolsa con las preciadas cartas, ellas eran nuestro principal motivo para hacer tal recorrido.

Todo siguió normal hasta que paramos en una esquina a beber agua. Incluso en un lugar como Seúl, había de esas señoras ancianas que adoraban de sobremanera a nuestra especie y hacían cosas como dejar tachos de agua para nosotros. Esas señoras eran la gloria. Cada vez que amo Namjoon me llevaba al veterinario nos encontrábamos con alguna señora de este estilo y siempre terminaban comprando alguna golosina para mí. El punto es que mientras bebía agua, oí una voz familiar, muy familiar. Parecía que hablaba con alguien más.

-¿Bebé?- llamó la voz a la otra persona.

-¿Sí, cariño?- contestó esta. También me sonaba familiar.

-¿No es ese Suga, el gato de Nam?

«Diablos».

Kim Suga: Genius [S1]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora