[La parte de la historia escrita en cursiva son flashbacks del pasado]
21 de Enero de 2015
¿Y si no escribo en un diario, qué otra cosa voy a hacer? Ya hace tres semanas que Sam se marchó en busca de respuestas y aún no ha vuelto... lo más probable es que ya esté muerto o peor aún... que sea uno de ellos. Tampoco sé como le va a Dean, que se llevó el Impala prometiendo volver cuanto antes con el maletero llevo de comida, pero del que no sé nada desde hace cuatro días.
Abro el frigorífico y no hay nada... la última leche que quedaba me la desayuné esta mañana y no me quedará otra que subirme al patín y bajar a la ciudad a saquear provisiones. Me mentalizo meditando durante unos minutos y memorizando las armas que tengo que llevarme y los movimientos que tendré que hacer en caso de un enfrentamiento con otro humano. Los humanos me dan miedo. No los zombies.
Me miro al espejo de la entrada, cojo aire y me prometo que hoy no moriré. Guardo mis cuchillos y meto mi pistola con silenciador en la parte trasera de mi pantalón, justo como John me enseñó. Sin embargo odio a John, aunque me enseñara a disparar apropiadamente. Ha sido un padre de mierda toda su vida y haberle perdido de vista es lo mejor que me ha pasado. En mi bolsillo derecho guardo mi tirachinas...
Me enfundo mi chaqueta y salgo de esta jaula. Debo dar gracias, debo de ser de las pocas personas que aún pueden decir con propiedad que tienen un hogar al que volver. Camino desde la frondosidad de este bosque hasta la salida a la carretera y una vez estoy sobre el asfalto, saco mi skate y me dejo llevar hasta la ciudad. Me cruzo con un par de podridos, pero voy tan rápido que me dan por perdida de inmediato. La ciudad está tranquila, lleva tranquila como cinco años y estoy tan acostumbrada a esto que no podría volver a adaptarme a una vida normal.
Sam siempre ha sido el soñador, siempre luchando por encontrar una salida que nos lleve a un lugar mejor. Seguro que la encuentra, porque la victoria es de quien lucha por ella, pero a mí me gusta esta vida y espero que no quiera arrastrarnos con él a donde quiera que sea que quiere escapar. Supongo que me parezco más a John de lo que quiero. Nos gusta ser los putos amos dentro del caos.
El supermercado en el que suelo robar está cada vez más desprovisto de todo... eso significa que voy a tener que buscar otros agujeros en los que encontrar comida. Mierda. Alimentarme de Cheetos y queso en crema no me está haciendo ningún bien... necesito verduras y proteínas. Y la caza no es del todo lo mío. Nuggets congelados y un litro de yogur para beber... ¿Podré comer con esto durante una semana? Cogeré también un par de Snickers. Estoy inmersa en el estribillo de Feel Good Inc, tarareando y moviéndome un poco cuando alguien rodea mi cuello con su brazo para inmovilizarme. Estés podrido o no, allá voy, gilipollas. Piso fuerte su pie y clavo mi codo en sus costillas. Cuando soy libre le doy un rodillazo en la nariz y empieza a sangrar como un maldito cerdo.
– ¿Que cojones? -Berrea con la nariz tapada. Puede hablar. No es un zombie.
– Oye imbécil, no se agarra a una chica por detrás de esa manera.
– Estaba hablando contigo pero no respondías, maldita sea.
– ¿Quién coño eres tú y qué haces aquí? No queda nadie por aquí. ¿Eres tú el culpable de que no quede de nada en este supermercado? ¿Estás robando en mi zona?
– No te haces ni puta idea de dónde vengo. -Dice recomponiéndose y poniéndose de pie.
– Eh, puedo ayudarte a taponar eso. -Me ofrezco levantando su cara con mi mano, pero él se deshace de ella. –Oye, solo quiero ayudar.
– No me toques, joder.– Eh, colega... relájate. Cuéntame que te ha pasado, quizás puedo ayudarte.
– ¿Ayudarme tú?De acuerdo, tengo 20 y pocos, mido un metro setenta y peso 60 kilos... pero sé disparar un arma desde los 10 años. Así que lo último que necesito es al machote de turno pavoneándose de que tiene una polla enorme y yo no.
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The Walking Diaries [SPN x TWD]
Fanfiction¿Te imaginas a Sam y Dean siendo hijos de Negan en un mundo apocalíptico? Sigue leyendo esta historia.