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BESOS. M
Capítulo IV
Penumbra, un lugar de otro Mundo.
—Preparándose para abordar pasajeros del Voltus A230 con destino Academia Penumbra. Repito; pasajeros del Voltus A230 con destino Academia Penumbra. — Lay se puso de pie rápidamente, al escuchar como el señor con el extraño aparato en mano, llamaba a abordar. Observó como el señor se movía rápidamente hacia el centro de la gran explanada y con una pequeña linterna apuntaba hacia el cielo.
El grupo de jóvenes que estaba charlando tranquilamente unos metros más allá, se pusieron de pie y tomaron sus mochilas electrónicas, poniéndolas en marcha. Layla quedó asombrada al ver como de las bases de esos bolsos salían unas pequeñas rueditas y, solas, seguían a su dueño.
Increíble.
El Grupo de Xhilan formó una fila detrás del hombre que anunciaba el abordaje al Voltus. Layla se dirigió rápidamente hacia allí.
Al ponerse última en la fila pudo notar como los jóvenes Xhilans se percataban de su presencia y se formaba un extraño silencio mientras la observaban.
Poco después se presentó ante ellos una bola de color plateado que descendía desde el cielo, que obsesión con el plata se dijo Layla, mientras observaba fascinada como el Voltus que la llevaría hacia su nueva vida aterrizaba en la pista.
Era plateado, como ya he dicho, tenía muchas ventanas cuadradas con los detalles de éstas y de la puerta en un fuerte negro azulado. En la parte inferior tenía un tubo por donde expulsaba humo y al final podía ver un gran ventanal en donde se encontraba la cabina de los pilotos que lo conducían.
Era fascinante.
El humano se puso enfrente de la puerta de abordaje mientras ésta se abría de par en par y luego el primer Xhilan de la fila, un joven alto corpulento, con cabello oscuro y luciendo su impactante capa color azul, típica de Xhilans jóvenes, extendía su mano derecha, y la apoyaba sobre la tableta que el Hombre tenía en su mano, esta emitía una luz color roja y el Xhilan subía al Voltus, con la maleta andante pisándoles los talones.
Esta escena se repitió con todos los Xhilans de la fila y siempre la maquinita emitía una luz roja. Al llegar el turno de Layla ésta imitó a los otros jóvenes extendiendo su mano y apoyándola sobre la tableta, el hombre la miró confuso cuando la maquina emitió una luz color plata.
Lay dedujo que eso se debía a que ella era Humana, lo que no entendió fue la confusión y la mirada que puso aquel señor antes de dejarla subir y ocupar su lugar en el interior de la nave.
Si la nave desde el exterior parecía asombrosa en el interior parecía realmente un sueño.
Mantenía su estructura ovalada, tenía dos pisos, en los cuales en el primero se encontraban los asientos repartidos en dos filas de a dos asientos, todos cubiertos de una tela aterciopelada color negra azulada, el apoyabrazos era color plateado y brillaba como si estuviese recién pulido. El piso estaba cubierto por una alfombra de varios colores, formando dibujos extraños con ellos. Del techo colgaban grandes luces de cristal que iluminaban el lugar, dándole un aspecto algo lúgubre. En el piso de arriba se encontraban los baños, eran tan grandes como su antigua habitación en el viejo refugio, tenían toda mueblería de mármol y las cortinas de seda. Además se encontraba una barra de bebidas y comidas en donde te podías servir lo que gustases.
Layla se sentía en el paraíso.
Llevaba no más de media hora de viaje y Layla se encontraba sentada en su asiento observando desde la pequeña ventana que tenía a su derecha, estaban alto, muy alto, y se podía observar todos desde allí, cuando escuchó voces. Se giró y pudo ver a unos jóvenes Xhilans hablando al final del pasillo, pudo reconocer a algunos de ellos de cuando habían abordado junto a ella el magnífico Voltus.
Al girarse, ellos la miraron como notando recién su presencia, fruncieron el ceño y se alejaron rumbo a sus asientos.
¿Qué demonios?
Se preguntó Lay.
Estuvo dándole vueltas al comportamiento de esos chicos…
¿Todos los Xhilans de la Academia serían así?
¿Esto era vivir en paz?
Porque la verdad ella solo se sentía insignificante junto a ellos.
Cuando el altavoz anunció que ya estaban llegando, Layla solo rogó porque todo fuera bien.
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Penumbra
RomanceLayla vivirá de la noche a la mañana una pesadilla, desde que los rebeldes atacan el refugio en donde ella vivía y se ve obligada a huir hacia el Refugio Real, en donde no sólo conocerá a la Reina y a su gran amor, sino que también se verá rodeada d...