Comencé a recordar, como los copos de nieve caían.
Solo teníamos diez años, estuve a punto de morir, jamás creí poder volver a recordar. Ese día mi vida cambió.
Cansada de tantas extrañas reglas de "princesa" tome uno de mis más reprimidos caprichos infantiles, aunque no debería ser un deseo inalcanzable para una niña de esa edad; salir y tocar el hielo, ese hielo que entraba por mi nariz y salía por mi boca en forma de vapor por las noches.-Lauren, no camines así, derecha, postura, tienes que comportarte como lo que eres, una princesa, una heredera.
Eso decía, Martha, mi nana, mientras con rabia cepillaba mi cabello. Se ponía así cuando hacía algo "indebido", Odiaba cuando me escapaba donde estaban los caballos, del potrero real a jugar con ellos, decía que no era el comportamiento se debía tener, lo que ella no sabía es que me había adentrado en el bosque muchas veces, y que tenía mis propias armas, arco y flecha, espadas de madera, todo escondido estratégicamente en árboles, bosques, mis lugares favoritos, todo lo que puedas imaginar que no puedes hacer una "princesa", bueno, todo eso lo he hecho desde pequeña, aunque cada vez más se volvía más difícil, por andar en mi mundo me terminaban descubriendo. Explorar sola lo que jamás me había permitido, hacer todo lo que me habían prohibido.
-Me duele Martha, ¡AYYY!.
-Silencio Lauren, ya cállate, que tienes dormirte temprano, mañana en la mañana habrá más lecciones.Cerró la puerta con rabia, ya me había metido en demasiados problemas. Contemplé la ventana, había empezado a nevar, caían los copos de nieve lentamente, en la hora del crepúsculo.
Estaba tan aburrida, quería salir, pero habían cerrado la puerta con llave, me acosté aburrida en mi cama viendo los copos de nieve caer... cuando me fijé en la ventana, ¡la ventana estaba sin ningún seguro! De inmediato corrí a abrirla, para salir por ahí, no quedaba demasiado lejos del suelo, simplemente salte, traía mi pijama y un pequeño chal para el frío, aunque no hacía demasiado frío afuera, me dolía respirar.
Deseaba salir, cada vez que lo hacía disfrutaba todo el doble, descubría tantas cosas, y en el castillo, sola y sin amigos o familia, era preferible a que un oso me persiguiera en el bosque, como decía la dramática de Martha.
Corrí a lo más profundo de la del frío bosque, y fue al lago que quedaba en lo más profundo, quería ver si estaba congelado.Efectivamente lo estaba, veía el brillo de ocaso reflejarse en ese lago tan hermoso, no podía explicarse con palabras.
Como curiosa que soy decidí adentrarme en lo resbaloso del lago, empecé a deslizarme de una manera cómica pero algo abrumadora.Dejándome llevar por mis juegos de niña pequeña deje de sentir que el hielo bajo mis pies comenzaba a agrietarse, antes de que pudiese notarlo, estaba estupefacta por lo que veían mis ojos.
No se sabe si es buen, o malo.
Ahí fue cuando lo vi por primera vez, caminando al rededor del lago viéndome con temor en sus ojos,
Solo si algo malo me fuese a ocurrir, y yo no entendía.-¡Princesa! No... ¡no se mueva!...
Podría caer al hieloNo podía dejar de mirarlo, jamás había tenido la oportunidad de verlo tan cerca de mi.
-¡Hola, soy Lauren!, ¿Cuál es tu nombre?-
Lo salude con emoción, jamás había visto a un niño de mí misma edad tan cerca.
Seguía viéndome con miedo y desesperación, hasta que pude ver que el hielo bajo mis pies empezaba a quebrarse.-pero... ¿qué pa...?-
...
No podía respirar, el frío del agua bajo el calor de todo mi cuerpo, recuerdo luchar contra el hielo, rompiéndolo con mis manos bajo el agua buscando una salida hacia la superficie.
Sentí su suave mano halando la mía con fuerza, hasta que pude salir y caer a su lado en la nieve, respirando con dificultad, sintiendo como ese frío infernal entraba por mi nariz y corría por mis venas.-¡¿ESTÁ BIEN, PRINCESA LAUREN?!, yo... yo soy George... Tengo que llevarla a su...-
No presté mucha atención a lo que dijo después, ya me había perdido en su color de ojos.
Solo teníamos diez años, era obvio que cayera en pánico mientras respiraba con dificultad en el suelo, tomó una tabla de madera y me llevó hasta la entrada del castillo donde todos después de un tiempo estaban desesperados buscándome, el resto es historia, sin faltar el escándalo de Martha y mi padre, lo de siempre, exageran.
Casi no recuerdo muy bien que pasó después, estuve en cama varios días, totalmente aburrida, lo único bueno de todo esto es que conocí a George... después descubrí que era hijo del herrero real, y mi aburrida vida mejoro desde entonces, nos hicimos los mejores amigos con el tiempo.-Princesa Lauren... perdóneme por no haberla podido ayudar más, y...
-¡Hola George!, Solo dime Lauren, seamos amigos, ¡ah!, ¿Te refieres a esto?, Estoy bien- susurre -Me pasa todo el tiempo-.
Puso su famosa sonrisa de preocupación, volviéndose de tranquilidad después de unos segundos.
Note como sus manos temblaban, supongo que por el frío, pero, estaba muy abrigado...
Mientras sostenía una pequeña margarita en sus manos.
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Juntos, todo es posible.
RomansaEsta es una historia sobre una princesa la cual está cansada de su vida, se estarán preguntando, "¿pero como es posible que alguien lleno de lujos se canse?", pues tendrán que ver su historia para comprenderla. Una chica fuerte que intenta escapar d...