Recuerdo que cuando era pequeña pasaba horas en la bañera jugando con mis juguetes, nani me sacaba arrastrada y lloraba durante horas para poder seguir en el agua. Siempre fui una persona de costumbres, usaba casi siempre la misma ropa, me bañaba a la misma hora y pedía siempre el mismo sabor de helado, creó que más nada me costaba mucho dejar las cosas que me gustaban.
A Theo lo conocí un día, el día de mi cumpleaños, ese día salí más temprano de lo normal del colegio, sabia que nani me estaba preparando una fiesta sorpresa y no quería arruinarlo porque se estaba esforzando mucho, así que me quede en el parque sentada en un columpio, esperando a que llegara la hora de ir a casa, recuerdo haber estado jugando antes con Lucy una de mis mejores amigas de la infancia, pero su madre la llamo y se tuvo que ir, así que prácticamente estaba sola y muriéndome del aburrimiento.
Mientras pensaba en todos los regalos y la comida que estaba preparando Nani, mi mundo se sacudió y se puso todo negro, recibí un golpe tan fuerte que caí hacia atrás con fuerza suficiente para lastimarme el trasero también. Decidí quedarme en el piso para que fuera quien fuera el responsable del golpe se acercara a levantarme y desmedirse en disculpas.
Después de lo que pareció mucho tiempo escuché una risa a mi lado, lo que me causó tanta curiosidad que no me pude resistir a abrir un ojo para ver quién era el responsable de semejante ofensa, cuando lo vi solo sentí ira, no podía creer que el muy cretino me pegara con su pelotazo, se burlara de mi y encima me diera la espalda y se fuera.
De esta experiencia aprendí que la primeras impresiones no te ayudan a conocer a una persona en lo absoluto.
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Querida Danielle. ©
RomanceDanielle es una joven de 19 años huérfana, la cual ha vivido con su tía sin saber nada de sus padres ni del resto de su familia. Cuando su tía entra en estado de coma ella recibe un gran testamento millonario y una carta en la cual su tia le cuenta...
