Capítulo 44

3.4K 269 11
                                    

El dolor en mi cabeza se mantiene tras la desconexión y llego al picaporte apenas en pie.

—Derek —Hablo lo suficientemente fuerte como para que escuche.

Te necesito, Derek.

Derek abre la puerta y caigo en sus brazos.

— ¿Khala? ¡¿Khala?! —Repite y yo cierro los ojos con el ceño fruncido.

Mi cabeza, por la Diosa Luna.

—James —Susurro.

Y ya no hay nada mas.

Pov. Derek

Llevo a Khala directo al sofá.

¡¿Ahora qué se supone que está pasando?!

—Khala, maldición —Le susurro.

Siento como tocan la puerta.

¿Qué sucede ahora?

Camino a la puerta y la abro rápidamente.

Una mujer anciana cubierta por una manta alrededor de la cabeza me observa severa.

Entra en la casa, esquivándome y camina hasta Khala.

¿Pero qué?

—Quién es usted y qué hace en mi casa —Exigo, molesto.

—Silencio, licántropo —Alza la mano, parándome para no chocar con ella.

—Qué haces en mi manada, ¡Y en mi casa! —La observo bien.

— ¡Silencio! —Aprieta la mano.

Mi boca es cerrada inconscientemente. 

¡Me ha cerrado la boca! Literal.

Me siento, resignado tras no poder mover en ningún sentido mis labios para protestar.

La mujer se pasea por la casa buscando quizás qué y al final llega con una bandeja llena de distintos tipos de plantas.

—Tu madre si que era una mujer inteligente manteniendo plantas así en macetas comunes —Sonríe sin mirarme y mezcla todo en un vaso—Nadie notaría el tipo de plantas que son. Excepto yo, claro.

Frunzo el ceño mientras ella sigue en lo suyo, vertiendo agua y nombrando unas palabras en un idioma extraño que no reconozco, parecidas a las que usa Khala.

Espera... Khala usa ese idioma cuando crea pociones o nombra hechizos.

¡Latín! Es Latín. 

Entonces... Esta mujer es una bruja.

Muy bien, inepto. Creí que nunca lo notarías —Habla el sabelotodo dentro de mi.

Cállate.

—Derek, ven aquí —

Me levanto instintivamente y me acerco rápido.

Qué le estás haciendo a mi Khala.

—Préstame tu mano —Se la paso.

De un instante a otro un cuchillo pasa rápidamente por mi mano.

¡Duele! 

— ¡Pero qué diablos! —Me quejo, ¡en vos alta! 

¡Puedo volver a hablar! 

—Uno de sus mates le quitó toda su energía. Otro se la puede devolver —Aclara.

¿Uno de sus mates? 

Mates Opuestos [Editando]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora