Clarke
Los dolores de cabeza eran cada vez más fuertes, las pastillas ya no ayudaban en nada, pronto tendría que aumentar las dosis y eso implicaba más cambios de humor drásticos.
Ya no sería tan fácil ocultarle a Nicole mi enfermedad, en algún momento se dará cuenta y me pedirá que me interne en una clínica, no podía dejar que eso pasara, primero quería capturar a todos los demonios posibles.Debía de salir de ese lugar, algo de ahí no me daba buena espina, me hacia sentir diferente, como cuando sientes que algo malo ocurrirá y quieres evitarlo. Me oprimía el pecho y la cabeza.
Fue descortés de mi parte dejarlos a los dos solos con ella pero no soportaba ni un segundo más.Respire profundamente en cuantos mi cuerpo estuvo fuera de la casa, aquí el aire era menos pesado y más fácil de inhalar.
Me preguntaba que estaba pasando ahí dentro, habrá sido una buena idea irse, porque una parte de mi pensaba que ese par me ocultaría algunas cosas si me descuidaba.
Si ella no podía ayudarnos no teníamos tiempo para seguir escuchando a un chico ingenuo, necesitábamos a una persona capaz de tener todas las respuestas que quisiéramos, y gracias al destino o lo que sea yo conocía esa persona.
Aún no me convencía por completo James, si admito que parecía buena persona pero no no sabíamos nada de su pasado a parte de que fue atacado de por un demonio.
Recordé que hace tiempo yo trabajaba para un demonio consiguiendo su alimento, él no podía salir debido a que estaba herido, me sirvió para comprende su mundo y como piensan. Ahí conocí a un sujeto, parecía bastante normal, pero aprendí que no hay que dejarse llevar por las apariencias, no todo es lo que parece.
Ese chico era un demonio.
Comenzamos a tener conversaciones, yo le hacia favores y el me recompensaba, pero lo que hice esa vez basta para obtener lo que deseaba, que el estuviera en deuda conmigo.Necesitaba encontrar una solución a este problema, si mi muerte se acercaba no podía dejar a Nicole sola, ya ha pasado por muchas cosas malas, no necesita que yo le empeore la vida.
Saque mi celular, era tiempo de hacer una llamada, ese chico me debía un favor y cueste lo que me cueste lo haría pagarmelo.
El sonido de la línea me podía desesperante, pero al cuarto todo respondió.
— Hey que bueno que contestas, escucha ¿recuerdas eso que hice por ti? — con este tipo de personas ser directos facilitaba las cosas. — necesito que me ayudes con algo, te aseguro que no te arrepentirás.
— Si, lo recuerdo bien, como olvidarlo, gracias a ti estoy con la chica que amo, dime que necesitas.
— Un chico que se unió con nosotros encontró un demonio especial.
— ¿A que te refieres con especial? ¿Nunca se ha visto en el infierno o que?
— No, el demonio trajo un mensaje, algo referente a que su rey vendrá pronto, además el chico encontró un medallón.
Hubo un silencio largo, solo notaba mi respiración.
— Ya veo, correcto, mandare a unas personas para encontrarte, tu solo continúa informándome de la situación.
— Claro, hasta pronto.
Me senté frente a la casa, sólo me quedaba esperar, pero no me importaba, porque, al final sería yo quien se convierta en el héroe de mi hermana y si todo sale como espero, del mundo.
Aún al cerrar los ojos puedo ver a mi hermana Flyn, su cuerpo moviendose sin vida, su piel había perdido el brillo, ya no estaba sonriendo.
Les prometí a mis padres cuidar de ellas, pero solo les estoy fallando, no sirvo para eso, soy una persona patética.Entre tanto pensar, no escuche cuando mi hermana y James salieron de la casa de la supuesta bruja.
— Clarke, hermano ¿te sientes bien?
Si lo preguntaba era porque no tenia buen aspecto o porque me salí.
— Si, escuchen, tengo unos asuntos que resolver. — saque las llaves de la camioneta, se las di a James. — ustedes regresen al motel, los alcanzo después.
— ¿A donde iras? — me preguntaron al mismo tiempo.
Se vieron entre si. Mi hermana bajo la cabeza claramente avergonzada. Algo sucedió ahí dentro entre ellos dos.
— No necesitan saberlo, un chico debe de tener su propio espacio. — deje que pensaron el lo que quisieran.
Me aleje sin ver detrás.
La noche comenzaba a llegar, a penas podía ver por donde caminaba.Vi como unas sombras salieron del callejón y se acercaban a mí.
— No les tengo miedo, los conozco perfectamente.
— Clarke, amigo, eres un agua fiestas.
— Como sea, llevenme con su jefe, necesito tener una larga charla a solas.
— Como digas.
Nadie sabia que los demonios se movían a través de las sombras y que algunos humanos podíamos hacer lo mismo.
La casa seguía igual que antes, excepto por unos muebles.
Camine hasta sentarme en un sillón de color morado oscuro.
— Que extraño gusto tiene. — dije.
— Cuidado con lo que dices Clarke, fui yo quien lo compró. — me puse de pie para saludarla.
— Hace mucho tiempo que no te veo, ¿cómo has estado Tenebris?
— Excelente.
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El libro negro: Los rituales
ParanormalSegundo ligro de la saga El libro negro: Los rituales A dos meses de la muerte de Alice, James intenta sacar de su cabeza a la chica que amaba con ayuda de Nicole, la hermana menor de Clarke un novato cazafantasmas. Pero una noche paseando en el...