¡Lejos! ¡Muy lejos! He de volar hacia ti.
No me conducirán leopardos de Baco
sino unas invisibles y poéticas alas;
aunque torpe y confusa se retrase mi mente:
¡ya estoy contigo! Suave es la noche
y tal vez en su trono aparezca la luna
circundada de mágicas estrellas.
Pero aquí no hay luz, más que la que exhala
el cielo con sus brisas, por ramas sombrías
y senderos serpenteantes, musgosos.
(..)
A oscuras escucho. Y en más de una ocasión
he amado el alivio que depara la muerte
invocándola con ternura en versos meditados
para que disipara en el aire mi aliento.
Ahora más que nunca morir parece dulce,
dejar de existir sin pena a medianoche
¡mientras se te derrama el alma
en semejante éxtasis! (..)
Oda a un ruiseñor (fragmento), John Keats
** La imagen de la portada pertenece a su autor**
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To lay in his arms
VampiroÉl es dulce, tierno y siempre canta la misma canción, pero también hay algo perturbador en él... habías escuchado historias sobre demonios y vampiros, ¿era verdad lo que la gente decía? ¿quién es este misterioso chico que un día apareció en tu vida...