Entramos al local y de inmediato el agradable olor a vainilla y café se apoderó de mis narices. No sé que era mas agradable, el acogedor local o que esté allí con Niall. Él me llevó hacia la útima mesa junto al ventanal, la verdad siempre fué mi mesa favorita, incluso hasta ahora.
Tuve que soltar su mano al sentarnos. Pero no importaba nada con tal de estar con él, ahí, los dos, en el mejor lugar en donde podríamos estar en ese momento. Él situó su vista al ventanal por algunos segundos, y yo aproveché para contemplarlo detenidamente, me agradaba mirarlo cuando él no se daba cuenta. Pero de pronto habló.
-¿Por qué me estás mirando así?-dijo él entre risas. Por supuesto yo enrojecí por completo. Bajé la mirada para que se notara menos, pero fué en vano. Él rió de nuevo, haciendome enrojecer aún más.
-Yo...
-¿Quieres un café?- me interrumpió. Me dió la impresión de que sabía que toda esa situación me ponía nerviosa.
-Yo.. eh... sí.- sólo callé, y él pidió los dos cafés, ¿Como es que podía ponerme tan nerviosa? diablos.
-Así que, _____...- comenzó a hablarme- ¿Ya vas ya a la universidad?.
-N-no, yo...- de la nada me había puesto nerviosa otra vez, demonios ¡¿qué me sucede?!.- estoy en mi último año.- pausé.- y ¿tú?.
-¿Qué edad tienes?- bloqueó mi pregunta. Me sentí nerviosa otra vez, muy nerviosa. Estaba preguntando mi edad y estaba bastante atento esperando mi respuesta...¿Debía decircelo así de rápido? Y cómo no, no podía evitar sus preguntas tan sólo por la forma en que situaba sus ojos en los míos y me obligaban a hacer todo lo que él tenía dispuesto a preguntarme.
-yo... diecisiete.- callé. Creí que él hablaría pero nos hundíamos en un silencio que quería romper ya.- ¿Qué edad tienes tú?.- me atreví a preguntarle.
-Veinte.- dijo él sin rodeos. Y yo sentía como mi cotidiana oleada de pensamientos se me venía encima. Veinte. Parecía mucho más joven. Dios, veinte...¿Es demaciado pronto como para estar en un café con un extraño (o no tan extraño) de, veinte años? Que quizás, podría tener un grado de maduréz mucho más avanzado que el mío, aunque, no lo aparentaba. De sierta forma, cualquiera que analizara la situación diría que es inapropiado que una adolecente de 17, insegura, tímida, y asustada de su pasado esté socializando con alguien que ya es prácticamente un hombre. Pero que al parecer demuestra mucho menos seriedad y madurez que debería tener alguien de su edad. Y, el primero en mucho tiempo en preocuparse de mí.
Cualquiera en mi situación se sentiría asustada, sin embargo yo seguía sintiendo una permanente seguridad y comodidad estando ahí, con él.
-Llegué aquí...- prosiguió él.- con la intención de tomarme un respiro antes de entrar a la universidad. Ya sabes, estudiar por mi cuenta unos meses luego entrar y dedicarme a lo que deveras más me gusta y es la música. Además, si hay algo que odio, es encerrarme y estudiar todo un día sin nisiquiera tener una vida... creo que si hubiera entrado este año a la universidad probablemente no hubiera estado listo para todo, así que esogí un lugar tranquilo como estas calles antes de prepararme para lo intenso...
Así la tarde, y cada minuto que pasaba era algo más que aprendía sobre Niall, que a diferecia mía, él se tomó el tiempo de contarme cada acontecimiento importante de su vida hasta ahora. Era como si él ya supiera que su voz era para mí era un tranquilizante, que disfrutaba cada segundo de sus relatos, y para ser sincera, no recuerdo algunas partes de aquello por distraerme contemplandolo a él, pero sé que en el fondo su intención era hacerme sentir más en confianza con él, con la esperanza de que yo pudiera contarle mi vida, como él lo hacía ahora.
Ahora yo sabía más de él, ahora lo conocía más, y eso hacía ponerme más nerviosa, pero eran más unos nervios tanto agradables. Y qué mejor manera y lugar para conocerloa fondo... creo, y aún recuerdo que esas horas fueron las más agradables que había tenido en meses...
