CAPÍTULO 1; Rommeo&romeo, final.

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Por decisión de Vicente, hicieron un largo viaje hasta Monterrey,  donde Sofía aun vivía.

El padre compraba los boletos de avión mientras los chicos esperaban. El miedo y los nervios invadían a los dos de nombre similares. Pensaban como tomarían sus madres sus repentinas apariciones, sobre todo Ursula, la madre de doble "M" y su pequeña hermana que lo creían muerto.

Las horas en el avión eran atormentadas. Temían que a sus familias les diera un infarto al verlos frente a ellos.

Mario trataba de consolar y dar ánimos a su novio. Quien estaba muy distraído y melancólico por el tan esperado reencuentro con su progenitora. Y a la vez estaba preocupado por el reencuentro de Vicente,  su padre,  con su madre. Temía lo peor cuando se encontrasen sus dos padres.

- Ya mi vida.  No estés así, ¿crees que a tu mami le gustaría verte con esa cara larga? Ya tranquilizate-. Le tomaba la mano y la acariciaba-. Mejor hay que dormir por que el vuelo será muy largo, y tienes que estar muy descansado y fuerte para cuando la veas.

Romeo asintió y obedeció a su prometido, quedando inmediatamente dormido.

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- ¡Sorpresa!  -. La morena apareció de la nada, casi danfo un infarto a la rubia.

- ¿ Ahora que hiciste Elena? -. Sospechaba que había hecho otra de las suyas.

- Adivina a quien convencí "a las buenas"-. Hizo comillas con los dedos-. De tener una cita este sábado en la noche. Ni más ni menos que a tu galán miedoso.

- No me digas que volviste acosarlo como las otras veces -. Temía la respuesta de la morena.

- Bueno, seguirlo y  encerrarlo en el baño de los chicos no cuenta como acoso-. Le dedicó un guiño a la rubia.

Sentía como la pena tanto propia como ajena se concentraba en su rostro, comenzando a expirar.

Cubrió su rostro apenada por el acoso y a la vez por su nueva amiga la morena que le era incapaz ser una chica normal y dejar de acosar a la comunidad varonil del mundo.

- Se asesinaré Elena. De una forma cruel y dolo...-. Cubría su rostro, cuando escuchó que alguien la nombró en forma de tartamudeo.

- Ho... Hola chicas -. Saludó temerosa y tímidamente Lucio, acercándose a ellas.

- Creo que vi por allá a Gus, nos vemos luego-. Le dedicó un guiño a su apenada amiga, mientras gritaba a todo pulmón el nombre del otro chico -. ¡Gus... Gustavo, espera! ¡ A tí no te hablo Zorrayda!

- Ay por dios, qur pena-. La rubia deseaba tanto que se partiera la tierra, y la devorara.

- Mu... Mu... Muy atrevida tu... Tú am... tú amiga-. No dejaba de tartamudear del miedo y los nervios -. Y tam... también muy persiste.

- Lo siento tanto. Ella no conoce la pena-. Se disculpó en lugar de la morena. El Chico rió por su ciertas palabras.

Lucio tenía una risa encantadora, muy de niño pequeño, sin hablar de su sonrisa; Una belleza llena de encanto, sensualidad y ternura.

- S...si... eso es mu... es claramente obvio -. Sobaba su nuca, dejando ver sus fuertes bíceps, mientras sostenía con su otra mano la correa de su mochila-. mmm... Bueno, ¿Te gustaría salir este sábado?

- Sí, claro-. Trataba de remidir su emoción.

- Bueno... Hasta el sábado entonces-. Metió un palillo entre sus labios, hasta que recordó y regreso con Alicia,  dando media vuelta -. Re... Recuerso qur no tengo tu cel...

- Oh, claro-. Pasaron mutuamente sus números telefónicos para aquel esperado día de las chicas.

- ¡ Cuenta, cuenta! ¿Qué pasó? ¿Qué te dijo tu galán? -. Elena apareció de la nada, sacándola de su ensoñación.

- ¡Estúpida¡ Me asustaste, ¡idiota!-. Sonreía apesar de su casi infarto -. El sábado en la noche quedó en llamarme.

Se tomaron por las manos, comenzando a saltar, mientras soltaban pequeños gritos chillantes emocionadas por la cita de la rubia con su chico.

AMOR SIN TIEMPO. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora