8.- No sé que me pasa: Un sentimiento inexplicable.

1.2K 85 24
                                    

Sasori-kun y yo corrimos rumbo al bosque. Saltamos de árbol en árbol hasta que nos detuvimos en uno para poder descansar un poco.

—Llegáremos a la guarida al anochecer. ¿Estás bien? -preguntó.

—¡Oh, sí! sólo son unas pequeñas cortatas. -dije.- ¿Y tú? ¿Estás herido? -pregunté.

—Para nada. -dijo.

—Ok, sigamos. -dije y continuamos nuestro camino.

Tenía mucha razón Sasori-kun, llegamos al anochecer a la guarida. Al entrar nos quitamos los zapatos como es costumbre. Entramos y ya todos habían ido a dormir, excepto Itachi-kun quien estaba sentado en la sala.

—Al parecer ya todos fueron a dormir. -dijo Sasori-kun.

—Si, mañana le entregáremos a Pein-sama el pergamino; guardalo tú. -dije y le di el pergamino a Sasori-kun.

—Esta bien. Buenas noches, descansen. -dijo y se fue a su habitación. Yo me quede en la sala.

—¿No piensas ir a dormir? -pregunté a Itachi-kun.

—No tengo sueño, aparte me preocupe por ti.... por ustedes. -dijo.

—Estamos bien, gracias por preocuparte. -dije sonriendo con los ojos.

—Sabes... cuando estoy contigo no sé que me pasa; siento algo muy extraño, algo que no había sentido antes, algo que no podría explicar. -dijo Itachi-kun sonrojado.

Se ve muy bonito con las mejillas rojas.

—No sé cómo ó qué sea lo que sientas, pero a mi me pasa lo mismo cuando estoy cerca de ti. -dije y me sonroje. Jamás le había dicho a alguien algo como esto.

Itachi-kun se levantó del sofá en donde estaba y se acercó a mi. ¡No, Itachi-kun!... Estar a unos centímetros de él me hace sentir más nerviosa e incómoda.

—Es un sentimiento inexplicable, lo siento siento aquí y no sé que sea. -me dijo al oído mientras llevaba mi mano a su pecho, justo donde está el kokoro. Yo solo me sonroje.

—Seguro es un sentimiento de afecto. -dije avergonzada.

—No, es más que eso. -dijo.

—¡Ósea! No saben que es lo que te pasa ¿Pero sabes que es más que eso? -dije.

—Bueno, tal vez si lo sé pero no estoy seguro. -dijo nervioso.

—¿Y qué es lo que tal vez sabes? -pregunté.

—Mañana te lo digo ¿Si?, ahora hay que ir a descansar. Descansa. -me dio un beso en la frente y se fue a su habitación.

Luego de ese incómodo momento con el Uchiha, me fui a la habitación. Entré sigilosamente para no despertar a Konan-san pero se despertó.

—Ya llegaron, ¿Qué tal les fue? -preguntó.

—Pues bien. -respondí.

—Mañana le pediré a Pein-kun que nos de el día libre para que salgamos juntas ¿Te parece? -dijo Konan-san.

—Me parece estupendo. -dije.

—Bueno, descansa. -dijo y se acostó de nuevo.

—Igualmente. -dije y también me acosté.

Miraba el techo mientras pensaba en lo que pasó unos minutos antes con Itachi-kun en la sala. Yo si sé que es lo que me pasa, ó eso creo; lo que siento por el es más que pareció, creo que me estoy enamorando de él. Cuando pensé eso me tape la cara con las manos, seguro me sonroje.

Al día siguiente desperté temprano. Konan-san no estaba y unos minutos después entró.

—Hablé con Pein-kun y dijo que podíamos tener el día libre. -dijo.

¡Genial, Tendré mi día libre!

—¿Y qué haremos? -pregunté.

—Vamos a desayunar, pasear un rato y luego ir a tomar un baño en unas aguas termales. -dijo y asentí.

Konan-san salió de nuevo y yo me aliste para salir. Me puse mi típica ropa ninja y también tomé mi porta Shuriken, en donde tenía las armas de ayer. Sé que sólo saldrémos a pasear pero uno nunca sabe que es lo que sucederá, así que, prefiero ir preparada.

Encima me puse mi capa, me recogí el cabello en un rodete y lo sujeté con dos palitos. Salí de la habitación y Konan-san estaba en la sala, los demás estaban en el comedor desayunando.

—Bien, vámonos. -dijo y asentí.

—Es bueno tener un día libre. -dije mientras salíamos de la guarida.

—Sí, y más cuando es con alguien con quien puedes platicar cosas de chicas. -dijo.

—Si. -asentí.

Caminamos un poco hasta llegar a un lugar en donde vendían comida. Íbamos a entrar a ese lugar pero vi que ahí estaban dos shinobis de la aldea de la arena y decidí no entrar.

—Aquí no por favor. -dije negándome a entrar.

—¿Ocurre algo? -preguntó Konan-san confundida.

—Ahí están dos shinobis de la aldea de la arena. -dije en voz baja.

—Entiendo, vamos a otro lugar. -dijo y nos fuimos.

Entramos a otro lugar y nos sentamos en una mesa del fondo. Ordené ramen y Konan-san onigiri. Comenzamos a comer y a platicar.

—Y bien ¿Qué te parecen los chicos? -preguntó refiriéndose a los Akatsuki.

—Pues pienso que Pein-sama es un buen líder, Hidan-kun es un pervertido... -meinterrumpió.

—A ese hombre le guata todo lo que se mueva; Continua, querida. -dijo.

—Sasori-kun me cae muy bien, Tobi-kun es muy tierno e infantil aunque no me gusto su plan, no he tratado a Zetsu-kun ni a Kisame-kun pero pienso que son buenas personas, literal. Deidara-kun me cae muy bien... e Itachi-kun... es muy lindo y pienso que es buena persona. -dije y creo que me sonroje al hablar de Itachi-kun.

—Te sonrojaste ¿Acaso te gusta Itachi-kun? -preguntó con una sonrisa picara.

—Este... no lo sé, tal vez, no creo. -dije nerviosa y sonrojada de la pena.

—Yo creo que sí. -dijo con un guiño.

—¿Y a ti te gusta alguien? -pregunté para evadir lo de Itachi-kun.

—Mmm no. -dijo nerviosa.

—¿Enserio? -pregunté con una sonrisa picara.

—Este.... si, enserio. -respondió ronrojada.

—Mmmm ¿Pein-sama? -pregunte y eso hizo que Konan-san se sonrojada hasta las orejas.

—¡No, claro que no! -dijo nerviosa.

—Claro que sí. -dije con un guiño. Luego de eso alguien entro al lugar y al ver quien era mi expresión cambió.

—¿Qué sucede? -preguntó Konan-san extrañada.

—¡Un shinobi de la arena! -dije en voz baja.

—Transformate en alguien para que no te reconozcan. -dijo y me transforme en Konan-san.

—Lo siento, no se me ocurrió alguien más. -dije.

—No hay problema, fingiremos ser hermanas gemelas. -dijo...

La Chica Akatsuki. Donde viven las historias. Descúbrelo ahora