Prólogo

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Hola soy Katherine Evans, Katy para todos, odio el nombre de Katherine para que engañarme, me lo puso el asqueroso y sucio de mi padre. No me gusta hablar de él, me jodió la vida.

En mi décimo tercer cumpleaños, mi madre y yo nos dirigíamos al parque de atracciones para pasar el día juntas, solas, ya que mi padre se encontraba en su trabajo, por lo cual nos avisó de que cuando terminara su jornada diaria llegaría a nuestro encuentro.

Lo único feliz que recuerdo de ese día son los momentos divertidos que pasé con mi madre.

Después cuando volvíamos a casa ocurrió lo peor que podía pasar en mi vida.

Un camión choco contra nuestro coche cuando volvíamos para mi casa, mi madre cayó una semana en coma pero acabó falleciendo. Yo tuve la suerte de solo romperme un brazo y unas cuantas costillas.

Mi padre, el muy cobarde, y muy cabrón me abandonó una semana después de la muerte de mi madre (en esa semana él solo se dignaba a aparecer por casa para dormir y poco más y siempre con el mismo olor a alcohol) porque según el no podía cuidar de mí y con lo de mi madre cayó en una fuerte depresión y prefirió huir de casa y del país con el poco dinero que teníamos dejándome a mí sin nada o al menos eso ponía en la carta que dejó en casa el día que huyó .

No teniendo suficiente con llevarse todo el dinero, el muy miserable ni se dignó a cambiar los papeles de la custodia por lo que caí en manos de los asuntos sociales.

Me asignaron una horrible familia que a los ojos de los servicios sociales se hicieron la típica buena familia pero no eran así.

Ellos me pegaban brutales palizas, no me daban de comer lo necesario y en ocasiones ni eso, incluso mi padre adoptivo abusó sexualmente de mí en muchas ocasiones.

Una noche tras 3 meses en esa nueva casa, escapé y huí lo más lejos que pude.

Desde entonces, me las apañé en la calle como pude, trabajaba de niñera, de señora de la limpieza (todos estos trabajos eran en negro, pues era menor de edad) incluso robaba para conseguir una mísera cantidad de dinero. Dormía en la calle la mayoría de las veces, pero en invierno siempre abrían albergues y allí podía dormir sin morir por el frío.

Así me las apañé hasta que una señora, Anne, me encontró una noche durmiendo en la calle enferma y sin ayuda de nadie.

Ella me proporcionó un hogar digno, me compraba todo lo que quería, me hacia una comida exquisita, me quería como si fuera su hija.

Por desgracia falleció 2 años más tarde debido a un cáncer de pulmón ; ella no era mi verdadera madre pero todo el amor, el cariño, el consuelo por su parte en días en los que lo pasaba horriblemente, en los momentos en que tenía pesadillas por las noches que trataban sobre mi antigua familia de adopción y del miserable de mi verdadero padre, todos estos casos hicieron que pareciese mi madre de verdad, y como no, ocuparon un gran lugar en mi corazón.

Anne me ayudó mucho afrontar todo lo pasado, por eso, aunque no lo fuera la considero como una verdadera madre.

Ya a mis 18 no tuve que escapar de asuntos sociales y pude trabajar ganando dinero, una cantidad digna de dinero.

He heredado todo lo de Anne, puesto que ella siempre ha sido hija única por lo tanto no ha tenido ni hermanas ni hermanos, ni sobrinas ni sobrinos, ni nada ya que su madre se encontraba también muerta,solo era ella por eso al encontrarme en la calle me acogió cómo la hija que nunca tuvo, literalmente. Sobre la convivencia, ella al estar tan mala por el cáncer no se encontraba bien parte de los días, entonces pasó mucho tiempo en cama.
Cuando murió la casa entró a subasta, yo no me la pude quedar porque no figuraba en ninguno de los papeles que yo pudiera quedármela.

Gracias a que Anne me había dejado una herencia de treinta mil euros, que ni más ni menos con ese dinero, pude alquilar un pequeño piso para poder vivir.

Y mi día a día...

Siempre Es Igual A Mentira (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora