Capítulo 5

20 4 7
                                    

Abro la puerta y...

-¡Ian! ¿Cómo coño sabes donde vivo?- pregunto molesta y enfadada.

-Uf preciosa que malas pulgas tienes por la mañana- se limita a contestar.

Se encuentra apoyado en el umbral de la puerta con las piernas cruzadas.

-Ian, que no me llames... Bueno da igual siempre haces lo que te da la gana- replico.

-Es inevitable- dice, y al instante empieza a reírse.

-Como no me des explicaciones de qué haces aqui, te echo de mi casa- expongo.

-Tranquila Katherine, te explico- empieza a hablar pero de inmediato le corto.

-Mira te puedo pasar que me llames preciosa, pero ni de coña me llames Katherine.- le comento en tono agresivo.

-Vale, vale, preciosa- me lanza una mirada suspicaz- como iba diciendo, hasta que me has interrumpido, estoy aqui porque le pedí la dirección a tu amiga Maddy- me cuenta- Sabes, no es para nada tonta, por decirme la dirección de tu casa me ha sacado veinte pavos y unos guantes de boxeo nuevos y no precisamente de los baratos.

- Maldita niña me ha dejado sin dinero- le oigo decir para si mismo.

Maldita Maddy, debería habermelo imaginado, esa chica haría todo lo que estuviera en su mano para conseguir unos malditos guantes nuevos, pero lo debo admitir, ha hecho un buen trato.

-Maldita Maddy, será bocazas- pienso en voz alta.

-Bueno, ¿no me vas a invitar a entrar?- pregunta ansioso.

-Por hoy cuela, pasa- digo resignada.

Ian observa mi pequeño piso de arriba a abajo, fijandose en todo detalle.

Planta su mirada en mi rincón favorito de la casa y toca el lomo de algún que otro libro.

-¿No te gusta leer verdad?- pregunta irónico apunto de sacar un libro.

Como se le ocurra sacar alguno, le voy a sacar yo a él los ojos.

-Jajaja, que va- le sigo el rollo.

Mientras el sigue mirando con todo detalle el piso, yo aprovecho para mirarle.

Hoy está muy guapo, se ha dejado un poco de barba, cosa que le favorece bastante. Lleva unos pantalones pitillo y una camiseta negra que se le repega a los pectorales marcandolos ligeramente.

-¿Katy estás aqui?- me dice con una sonrisa pícara al pillarme observándolo.

-Sí, sí -contesto un tanto avergonzada.

En ese momento se crea un silencio bastante incómodo.

-¿Vives sola? ¿Sin padres? -me interroga.

-Vivo sola- le respondo de forma cortante, espero que se haya dado cuenta, no me gusta hablar de mi familia.

En ese instante centra su mirada hacia la mesita donde guardo todos los recuerdos de mi madre, de Anne...

Coge una fotografía. Es la foto con mi madre en el parque de atracciones.

-Joder, ¡sois iguales! - exclama.

Eramos, pienso para mis adentros. Me limito a sonreirle secamente. No me parece necesario contarle mi pasado. No a él. Apenas nos conocemos y tampoco es una cosa que quiera ir contando a cualquiera.

Coge otra fotografía. Esta vez es la del gato que teníamos mi madre y yo, Rufus, murió el mismo año que ella.

 Esta vez es la del gato que teníamos mi madre y yo, Rufus, murió el mismo año que ella

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Siempre Es Igual A Mentira (PAUSADA)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora